Giovanni Battista Mellini

Durante el papado de Calixto III formó parte del séquito del cardenal Alain de Coëtivy que viajó a Francia para promover la cruzada, de donde volvió como procurador del rey Carlos VII en Roma.

En 1468 fue nombrado obispo de Urbino, aunque siguió residiendo en Roma, gobernando la diócesis mediante sus procuradores y viacarios Guido Bonclerici di Cagli y Giorgio Pancotti di Montecchio.

Sixto IV le creó cardenal de SS. Nereo y Achilleo en el consistorio de diciembre de 1476, y poco después le envió como legado a Milán para mantener la paz tras el asesinato del duque Galeazzo Maria Sforza.

Cuando sobrevino la peste de 1478 en Roma, el cardenal Mellini se retiró a su villa de Monte Mario, pero contagiado por la enfermedad falleció ese mismo año a los 73 de edad.

Fue sepultado en la capilla familiar en la iglesia de Santa Maria del Popolo, con un monumento fúnebre atribuido a Andrea Bregno, que fue modificado en 1698 por su descendiente Savio Mellini para su propio entierro.

Dibujo de autor desconocido del s. XVII del diseño original de la tumba del cardenal Mellini.