En 1975 es designada embajadora de Colombia ante la ONU donde se le reconoce por un discurso en contra del apartheid.
El chófer es liberado poco después en el norte de Bogotá mientras que Lara es subida a un jeep con rumbo desconocido.
[3] El secuestro fue luego atribuido a la Organización Revolucionaria del Pueblo (ORP), desaparecida organización ligada a la antigua Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC), y que aparentemente exigía 3 millones de dólares por su rescate.
Como consecuencia del testimonio de un informante, varias personas implicadas en el crimen fueron capturadas; Juan Tadeo Espitia Supelano, Fredy José Rivera Arboleda, Wilberto Antonio Rivera Meza, Froilán Rivera Meza, Emperatriz Santander Cancino, Robison Rafael Rivera Arrieta, José Miguel Gamboa López, Miguel Ángel Vargas Castro, Hernando Franco D laytz, Gloria Medellín, Diana Giraldo Rodríguez Rodrigo Alberto Penilla Candela, Betty Suárez Mahecha, Víctor Manuel Rojas Cárdenas, Graciela Inés Acosta Barrera y Hernán Rafael Lora Mendoza fueron paulatinamente capturados y condenados a 28 años de cárcel por secuestro con fines extorsivos y homicidio agravados.
[10] Los supuestos implicados en el crimen pasaron varios meses en prisión hasta que en 1983 un juez ordenó su libertad ya que los abogados de los detenidos habrían acudido al procedimiento de casación además de argumentar que ellos se habrían autoincriminado bajo tortura por el ejército quien los tenía detenidos en una base militar en Bogotá.
No obstante la Corte Suprema se negó argumentando que por ley en 2002 el caso habría prescrito y que su secuestro y asesinato había sido a manos de una banda de delincuencia común y no a manos de un comando guerrillero, un grupo paramilitar o por parte del narcotráfico.