Tras realizar varios trabajos como extra, en los que coincidió con un joven Charles Chaplin, decidió dedicarse de lleno al cine.
Swanson permaneció cuatro meses en Francia y allí conoció al que sería su tercer esposo, el marqués Henri de La Falaise, contratado como su intérprete.
Su primera producción independiente fue The Love of Sunya, filme sobre una mujer con poderes de adivina que sufrió múltiples contratiempos durante el rodaje en Nueva York: Swanson quiso ejercer también como productora y la tarea la desbordó, y por otro lado las secuencias fantásticas con efectos ópticos resultaban difíciles de rodar.
La diva se temió un resultado muy malo o apenas mediocre, pero finalmente la película tuvo una aceptable acogida comercial y de crítica, eludiendo un descalabro total; con todo, la recaudación a duras penas cubrió los gastos del rodaje y ello, para una estrella como Gloria Swanson, suponía un duro fracaso.
Por consejo del ejecutivo Joseph M. Schenck, Swanson accedió a regresar a Hollywood para producir un filme más comercial; decidió rodar Sadie Thompson (La frágil voluntad), basado en un polémico argumento de W. Somerset Maugham sobre la relación entre una mujer perdida y un misionero en Samoa.
Joseph tenía gran poder en la industria del cine, pues gestionaba la compañía RKO Pictures y además apoyaba financieramente a otros estudios.
Gracias a él, Gloria Swanson pudo emanciparse de la Paramount, fundar una empresa propia y asegurarse la financiación para dos de sus más ambiciosos filmes, Queen Kelly (La reina Kelly) y The Trespasser (La intrusa), que se saldaron con resultados muy dispares.
Era un filme abocado a quedar inconcluso y Kennedy no estaba muy interesado en solventar la situación, pues prefería centrarse en su carrera política.
The Trespasser fue el primer filme sonoro de Swanson (si bien se distribuyó igualmente en versión muda) y obtuvo resultados mucho mejores: proporcionó a la diva otra nominación al Oscar, y fue un éxito comercial, el único que ella alcanzó en la era sonora junto con Sunset Boulevard.
En marzo de 1929 Swanson y otros actores (Mary Pickford, Dolores del Río, Charles Chaplin...) habían participado en un programa de radio, donde la audiencia pudo conocer sus voces; las estrellas confiaban en que podrían adaptarse al nuevo cine sonoro que se empezaba a producir.
En los cinco años siguientes Swanson rodó varios filmes sonoros, como What a Widow!, Indiscreet y Music in the Air (1934).
En 1931, distanciada ya de Joseph P. Kennedy, Gloria Swanson contrajo cuartas nupcias, en esta ocasión con Michael Farmer.
La actriz y Farmer tuvieron una hija, Michelle, en 1932, pero la pareja se divorció apenas dos años después, tras un sonado romance de Swanson con el actor británico Herbert Marshall.
Estos mantuvieron su relación durante tres años, hasta que Swanson decidió romper porque Marshall no quería divorciarse de su esposa.
Este negocio tuvo el objetivo de atraer a científicos e investigadores judíos, perseguidos en Europa.
Interpretando a Norma Desmond en Sunset Boulevard, Swanson decía en esta película: «Sin mí no existiría la Paramount», lo que probablemente fue real durante sus años de esplendor.