También da clases de música gratuitas y trabaja para formar a los jóvenes en el canto coral.
El mismo año, Camauër completó la composición de una ópera cómica, Grétry en Versalles, que se representó en Huy, luego en el Teatro de Lieja, al año siguiente, bajo el título Grétry en Fontainebleau.
La idea de citar el aria Zémire es apreciada por el público y la crítica.
Para la ocasión, Camauër compuso una cantata: Saludo al Principe Real.
Convertido en rey, Leopoldo II no lo olvidará: en 1866, entregó al compositor un alfiler con diamantes en memoria de esta maravillosa bienvenida.
Camauër también dedica su talento como director a la Guardia Cívica, de la que es Jefe del Cuerpo de Música, y con la que actúa en varias ocasiones para las asociaciones benéficas.
El día 13 le toca a la sección coral ganar, por aclamación y sin deliberación del jurado, el premio a la excelencia entre conjuntos extranjeros, y luego el gran premio de honor de todo el concurso.
Al día siguiente, la Sociedad de Amateurs presenta en el Cirque des Champs-Elysées los dos coros que le han valido la victoria, en presencia de la Emperatriz Eugenia, quien felicita personalmente a Godefroid Camauër y Eugene Godin.
Una recepción en el Ayuntamiento y un banquete con fuegos artificiales celebraron la actuación de los aficionados.