Golfo Tartéssico

Los topónimos Lago Ligustino, Golfo Tartésico y Golfo Atlántico nos han llegado gracias al poema Ora Maritima de R. F. Avieno , un escritor del siglo IV d. C. que escribe siguiendo documentos referidos al siglo VI a. C. Hay que considerar además que Avieno personalmente visitó la provincia romana Bética .

Existe una indefinición o confusión entre los términos de la obra de Avieno pues en su visita confundió la ciudad de Tarteso con Gades y ya para su tiempo en el s. IV d. C. el paisaje del estuario del río Betis-Tarteso había cambiado sustancialmente respecto al siglo V a. C. momento al que se refiere la Ora Marítima .

Al principio del periodo Calcolítico, se tiene un ambiente marino que progresivamente para la plana de Sevilla tiene carácter mareal con marismas (Lacus Ligustinus).

En periodo del Bronce Final (tartésico) las planicies encharcables constituida los islotes (alfaques) que van progresando hacia la paleodesembocadura y un delta a la altura de Coria del Río se va extendiendo hacia el sur donde se halla el Sinus Tartessii, al mismo tiempo avance de la flecha litoral va cerrando progresivamente la boca de esta ensenada marina o Golfo Tartésico con salida al Atlanticus Sinus (Golfo de Cádiz).

El sistema dunar avanza hacia el interior del antiguo Golfo Tartésico en lo que es hoy el parque de Doñana (Borja Barrera 2018).

Extensión de Tartessos en 500 a. C. en la que se observa el golfo Tartésico