La necesidad de ayuda exterior alcanzó niveles récord: en 1979 representaba el 70 % del presupuesto gubernamental.
Dos meses después, Lamizana denunció las demandas de los sindicatos y llamó a la unidad nacional.
Resultó breve, pero a Lamizana le esperaban más problemas para finales de año.
Si bien los docentes acordaron el 22 de noviembre volver al trabajo, los disturbios aún no habían culminado.
[3] La policía antidisturbios, desplegada contra los trabajadores en huelga, intentó un contragolpe en apoyo de Lamizana, pero no logró reintegrarlo.
[2] Apenas dos años después, Zerbo fue derrocado por los militares en otro golpe de Estado en 1982, convirtiendo al mayor Dr. Jean-Baptiste Ouédraogo en nuevo presidente del país.