Mejía Víctores gobernó el país durante tres años hasta que la presión internacional lo obligó a realizar reformas democráticas.
Debido a su alienación de la élite gobernante (terratenientes ricos, oficiales del ejército y políticos conservadores) a través de su comportamiento errático y su celo religioso hacia una secta protestante fundamentalista en un país predominantemente católico, la caída de Ríos Montt fue ampliamente anticipada.
[5] Sin embargo, sus promesas fueron vistas como meros gestos superficiales para apaciguar a los observadores internacionales.
[5] Sin embargo, las tácticas brutales que caracterizaron al régimen anterior persistieron bajo su gobierno, con un reporte de 90 a 100 asesinatos políticos por mes en 1984.
El 3 de noviembre se celebraron elecciones generales, en las que resultó victorioso Vinicio Cerezo.