Gonzalo Diago o Díaz Palomeque (Toledo, ?
- ib., 1310) fue un eclesiástico español, obispo de Cuenca y de Toledo.
[1] [2] Promovido al arzobispado en Toledo en sustitución de su tío Gonzalo Gudiel, que había sido nombrado cardenal,[3] se destacó en la archidiócesis por presidir el concilio de Peñafiel de 1302,[4] conseguir la bula por la que Bonifacio VIII legitimaba a Fernando IV de Castilla como heredero al trono,[5] erigir la iglesia de Santa Leocadia en colegiata[6] o fundar la capilla de los Reyes Viejos de la catedral de Toledo, en la que inicialmente fue sepultado, para ser trasladado posteriormente a la de Santa Lucía.
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