Gramática del texto

[10]​ En relación con la lingüística del texto, se presentan muchas similitudes teóricas y metodológicas, compartiendo ambas aproximaciones gran cantidad de referencias bibliográficas.

Entre los primeros antecedentes históricos de la disciplina se puede mencionar al gramático sánscrito Panini, del siglo IV.

[15]​ Antecedentes posteriores se encuentran en el mundo griego, cuando los filósofos centraron su interés en el origen y uso del lenguaje.

[16]​ Otros filósofos griegos continuaron descubriendo fenómenos que aun son estudiados por la gramática del texto.

Específicamente para el estudio de la gramática del texto, cabe destacar el aporte de Pedro Abelardo (siglo XII) por su distinción entre el dictum, o contenido proposicional básico, y el modus, como predicado del propio predicado.

Otro aporte de este filósofo es que su análisis es ahistórico, a diferencia del curso que tomarían los estudios del lenguaje posteriormente, en el renacimiento y la modernidad, interesados por el estudio histórico y comparativo de las lenguas.

[24]​[25]​[3]​ Algunos autores utilizan el término isotopía[13]​[26]​ para designar esta propiedad de coherencia semántica del texto.

Esta relación entre el referente y su correferente se puede clasificar según el orden en el que aparecen los elementos.

El caso más común es la anáfora, en la cual se menciona inicialmente un referente y luego su respectivo correferente, como en el ejemplo anterior.

El caso inverso es la catáfora, en la cual se menciona inicialmente un correferente para luego mencionar su referente,[8]​[4]​ tal como puede apreciarse en el siguiente ejemplo:[29]​ Los referentes típicamente presentan una estructura sintáctica de sustantivo, nombre propio o sintagma nominal.

[27]​[8]​[4]​[5]​[3]​ En cuanto a los mecanismos léxicos, pueden aportar información adicional de manera objetiva o subjetiva respecto al referente, por lo que son más independientes y llevan carga semántica.

Los marcadores discursivos se definen como unidades lingüísticas invariables de carácter principalmente funcional y no léxico.

[30]​ En cuanto a sus características morfosintácticas, los marcadores discursivos no son una categoría sintáctica independiente, sino que están formados por tipos de palabras como conjunciones, adverbios y frases preposicionales.

Sin embargo, como definición general, el término hace referencia a aquellos elementos lingüísticos cuyo significado es directamente dependiente del contexto.

[3]​ Por ejemplo, la palabra mañana será entendida solo en relación con el día en que se produce el texto.

De esta forma, el sentido de los deícticos solo estará completo al comprender quién emite el mensaje, a quién se dirige y en qué tiempo y lugar se lleva a cabo la situación comunicativa.

La modalización se entiende como la actitud que muestra el hablante con respecto a su propio enunciado.

Las modalidades del enunciado, en tanto, se dividen en dos: las lógicas y apreciativas, donde la primera refiere al grado de veracidad o posibilidad que expresa el hablante y la segunda a un juicio acerca de lo enunciado.

[35]​ Esta referencia del autor con respecto a su propio enunciado implica un acto de desdoblamiento.

Para esto se utilizan los modalizadores, elementos lingüísticos que usa el emisor para dejar huellas de su subjetividad.

El número de modalizadores es indeterminado, ya que todavía no están clasificados ni inventariados en su totalidad.

Distintos autores han descrito categorías, pero la bibliografía al respecto es extensa, heterogénea y por momentos contradictoria.

La gramática del texto se interesa por describir cómo son estos mecanismos de conexión intertextual.

Aristóteles representa el primer antecedente del análisis gramatical del texto.
El desarrollo de la computación en los años setenta significó un impulso para la gramática del texto.
Superestructura narrativa según el modelo de van Dijk. [ 8 ] ​ Múltiples cuentos pueden escribirse utilizando esa estructura.