Gregorio del Amo

Ayudado por los misioneros claretianos entró en contacto con la antigua y poderosa familia californiana Domínguez, instalada en California desde el siglo XVIII (cuando Carlos IV les concedió el Rancho San Pedro), se casó con María Susana Delfina Domínguez (1844-19 de enero de 1931),[1]​ hija del acaudalado Manuel Domínguez; sin hijos, adoptaron a dos niños (Carlos del Amo y Jaime del Amo).

Esta enorme liquidez económica le permitió convertirse en un filántropo, defensor del arte, la educación y la ciencia a través de Del Amo Foundation, fundación americana creada a tal efecto.

Sin ejercer como médico desde 1906, fue nombrado cónsul de España en San Francisco, cargo que ostentó hasta 1912.

Vivía en el edificio Adobe de su Rancho San Pedro, hoy monumento nacional y museo.

Esos fondos se siguen destinando a becas para estudiantes y profesores con el mismo fin.