Cuando tanto Egipto como Grecia volvieron a pertenecer a la misma entidad política con la expansión del Imperio turco (Eyalato de Egipto desde el siglo XVI), se establecieron nuevamente comunidades griegas en Alejandría y otras ciudades egipcias.
En la actualidad, la comunidad griega de Egipto cuenta con unos 5.000 miembros,[4] concentrados principalmente en Alejandría y El Cairo.
154), el rey Psamético I (664–610 a. C.) estableció una guarnición de mercenarios extranjeros en Tahpanhes, principalmente griegos carios y jonios.
Los ejércitos mercenarios griegos de Egipto desempeñaron un papel importante en algunas guerras egipcias y persas.
Tras su muerte (323 a. C.) su imperio fue dividido entre sus generales (los diádocos), correspondiendo Egipto a Ptolomeo I Sóter, cuyos descendientes constituyen la última dinastía egipcia, compuesto exclusivamente por griegos étnicos, terminando con la famosa Cleopatra.
Ptolomeo y sus descendientes, en su propio beneficio, mostraron respeto a las tradiciones más queridas de Egipto, las religiosas.
[12] Según Walker, los primeros colonos griegos ptolemaicos se casaron con mujeres locales y adoptaron la religión egipcia; y en época romana sus descendientes eran vistos como egipcios por los gobernantes romanos, a pesar de su propia autopercepción como griegos.
La cultura griega y su influencia política continuaron, e incluso alcanzaron alguno de sus más importantes momentos, bajo el califato otomano, durante el cual muchos sultanes y pachás (tanto en todo el Imperio como en Egipto particularmente) tuvieron ascendencia griega.
[24] Dedicados a unas actividades centradas en el sector algodonero, con unas prácticas a menudo especuladoras y desempeñando el papel de intermediarios entre los mercados europeo y egipcio, los extranjeros de la élite del país constituían una burguesía cuyos intereses estaban íntimamente ligados al capital extranjero.
[26] Durante el siglo XIX, aparecían las primeras asociaciones y clubes organizados por griegos egipciotas, y empezaban a publicar sus obras personalidades del helenismo moderno de Egipto como Constantino Cavafis o Constantino Parcenis.
La quinótita (en griego: κοινότητα, comunidad) alejandrina, fundada en 1870, se situaba en torno a la iglesia y el monasterio de Agios Savvas.
Hasta la Segunda Guerra Mundial, y durante su transcurso, los principales inversores en las industrias locales fueron residentes extranjeros en Egipto, quienes, en respuesta a una demanda de bienes de fabricación local, recondujeron sus actividades hacia una industrialización centrada en la importación.
[27] La prosperidad de las industrias extranjeras durante la guerra no tardó en atraer la atención de los empresarios egipcios, originando así lo que se ha llamado la "ideología del nacionalismo económico" y una incipiente "burguesía doméstica" o nacional compuesta tanto por extranjeros como por egipcios.
[31] Las comunidades extranjeras europeas del país fueron numerosas: griega, italiana, francesa, británica, rusa, belga y alemana.
En este tiempo, la comunidad griega y, en particular, sus sectores más vulnerables en lo económico miraban a Gran Bretaña con esperanzas.
[26] En su estudio, Owen las trata conjuntamente y observa que, pese a suponer "el mayor elemento de población europea", estas comunidades "nunca recibieron de los administradores británicos del país un apoyo suficiente como para facilitarles acceso privilegiado a las tierras o poder para institucionalizar un mercado laboral fragmentado de un modo que les reportara mayores ingresos".
[26] Sin embargo, mientras que el Estado griego sufrió, a partir de 1922, un relativo debilitamiento de su influencia al menos política, si no cultural, la comunidad italiana siguió bajo una fuerte tutela diplomática del Estado italiano; tutela que se intensificó con la ascensión al poder de Mussolini y que dio sus frutos cuando al régimen le interesó incluir a italianos expatriados en su ideología fascista.
Al igual que la italiana, la comunidad griega se preocupó desde su asentamiento en Egipto por establecer una red de asociaciones marcadamente étnicas o mecanismos ideológicos orientados a construir, mantener y fortalecer la cohesión de la comunidad mediante la identidad cultural.
[32] Diseñadas a tenor del sistema educativo griego, las escuelas egipciotas atendían a los planes de estudios implantados con la instauración del Estado heleno, y basados en el alemán de corte romántico-nacionalista.
En palabras de Dimarás, aquel sistema educativo estaba "por aquel entonces fuertemente influido por una admiración hacia el pasado clásico, [y que] los griegos no tenían dificultad en aceptar, pues también servía a su deseo de recobrar su identidad nacional y reforzar los vínculos con sus gloriosos ancestros".
Los principales periódicos griegos eran Tajidromos (Ταχυδρόμος o "Correo", un diario informativo) Grámata (Γράμματα) y Nea Soí (Νέα Ζωή), estas dos últimas revistas literarias publicadas en Alejandría.
Se trataba, principalmente, de escritores, poetas y críticos literarios con una actitud crítica frente a discursos como el anterior: el propio Cavafis, por ejemplo, u otros como Nicos Nicolaidis, Ceodosis Pieridis, Stratís Tsircas, Eleni Voíscu, Andonis Mártalis, o Sclirós (que fue el primer sociólogo marxista griego), entre otros.
[44] Las familias famosas eran las de Salvagos (Σαλβάγκος), Benaquis (Μπενάκης), Rodojanaquis (Ροδοχανάκης), Servudaquis (Ζερβουδάκης), Tsanaclis (Τσανάκλης) y Caravópulos (Καραβόπουλος).
En cuanto al aceite de oliva y sus derivados, destaca Serbinis (Ζερμπίνης) con sede en Kafr Az-Zayyāt.
Estos benefactores contribuyeron con importantes sumas a la construcción de escuelas, academias, hospitales e instituciones en Egipto y Grecia.
Su esposa, Eleni Tositsa, donó el terreno para la creación del Museo Arqueológico Nacional de Atenas.
Regidas por esta estrategia política, las negociaciones anglo-egipcias culminaron en la Declaración de semi-independencia y en el fin del protectorado en 1922.
[50] Esto podría conseguirse siempre y cuando en Egipto prevaleciera un sistema de gobierno monárquico en el que los nacionalistas o bien no formasen parte del gobierno, o bien estuviesen al menos bajo control.
Muchos de ellos emigraron a Australia, Estados Unidos, Canadá, Sudáfrica, Europa Occidental y Grecia.
Como consecuencia, muchas escuelas, iglesias, pequeñas comunidades e instituciones griegas dejaron de funcionar.