Ambos amantes, en un "combate de generosidad," se declaran merecedores del cruel castigo.
Sin embargo, al tiempo, Mirabella también se suicida tirándose desde la ventana a un patio lleno de leones.
Torrellas, en una peripecia después del juicio, se enamora de Brazaida y le escribe una carta.
Posee tres características fundamentales: es carta de remisión, dedicatoria y exordium, elementos con los cuales el autor logra enlazar tanto a la figura como la creación.
El buen amador aparece de manera directa, mientras que el buen escritor se oculta detrás del recurso, tan usado en la Edad Media tardía, de la falsa humildad, relativizando sus propias afirmaciones y planteándose a sí mismo como un escritor humilde y de pocos dotes.
La tercera, y final, trata el tiempo que no amó ni fue amado [...]"[1]
Flores se despega un tanto de la norma desde diferentes perspectivas literarias, ofrece la obra a su amada y la culpa de la obra misma, lo cual es un procedimiento poco frecuente.
De nuevo, la estructura del siervo libre de amor podría ser el referente para la repartición, según la explicación de Rodríguez del Padrón: "El siguiente tratado es departydo en tres partes principales, según tres diuersos tiempos [...] La primera parte prosigue el tiempo que bien amó y fue amado [...] La segunda refiere el tiempo que bien amó y que fue desamado ...
La tercera, y final, trata el tiempo que no amó ni fue amado [...I" (Siervo libre de amor).
La mirada peyorativa que recae sobre las mujeres en la Edad Media, genera manifestaciones culturales y artísticas que promuevan o destacan las benevolencias del sexo femenino (como en el caso del amor cortés y su auge dentro de la cultura popular) e igualmente, buscaban la reflexión de la mujer no solamente como objeto de amor, sino también com individuo pensante.
Por ejemplo, Lillian von der Walde Moheno , hablando sobre El Episodio final de Grisel y Mirabella, comenta que: Así, la mujer es también presentada como las versiones oficiales, monstruosa, violenta y peligrosa para las estructuras sociales.Además, no se sabe con claridad qué sucedió con la carne de Torellas.
Ante esto, los estudiosos encuentran una inequidad conceptual respecto a la lectura feminista que se ha hecho normalmente de Grisel y Mirabella.
Dichos rasgos son evidentes en la comparación de personajes como Torrellas y Pamphilo.
Esto se debe en buena medida a la directa implicación eclesiástica en la sociedad medieval española y europea en general, el pensamiento ascético se plasmaba en todos los aspectos de la vida, por lo cual sus apariciones en el orden socioliterario son inminentes.