El matrimonio era bastante impopular entre los súbditos del rey y cuando Griselda dio a luz a Costanza, el rey tuvo que pretender haberla asesinado y enviarla secretamente a otras tierras para que fuera criada por Corrado, Príncipe de Atenas.
Griselda regresa a su casa en el campo donde es perseguida por Ottone, que está enamorado de ella.
Ottone insiste en perseguir a Griselda y Gualtiero le promete su mano tan pronto como él se haya casado con Costanza.
Griselda declara que preferiría morir, y conmovido por su fidelidad, Gualtiero la acepta nuevamente como su esposa.
El rey también revela la verdadera identidad de Costanza y permite que se case con Roberto.