Las primeras tiendas surgieron a partir de los años 50, época en la que el cannabis tenía un fuerte estigma social.
Por ello se las comenzó a llamar «tiendas de cultivo», un nombre en clave un tanto ambiguo pero que era entendido tan sólo entre los consumidores.
Hoy en día las sociedades son menos conservadoras respecto al cultivo de marihuana, desapareciendo el tabú y extendiendo la práctica a más lugares.
Los tiempos actuales están coincidiendo con una liberalización gradual del mercado cannábico, por lo que las grow shops son un modelo de negocio muy rentable.
[9][2][10] La legislación francesa es mucho más restrictiva al respecto, prohibiendo todo lo relacionado con las plantas de cannabis (incluidas las semillas).