Además de evangelizar, los misioneros establecieron escuelas, molinos e introdujeron el regadío en las cosechas.
Los cayuse inicialmente se negaron a suspender las hostilidades, e hicieron incursiones en asentamientos aislados.
En 1850, la tribu entregó a cinco miembros —Tiloukaikt, Tomahas, Klokamas, Isaiachalkis, y Kimasumpkin— para que fueran juzgados por el asesinato de los Whitman.
[1] Sin embargo, esto no finalizó el conflicto, y se produjeron derramamientos de sangre esporádicos durante otros cinco años hasta que los cayuse fueron finalmente derrotados en 1855.
Abrió el territorio cayuse a la colonización blanca, pero echó a perder las relaciones entre los blancos y las tribus nativas y dejó el terreno abonado para una serie de nuevas guerras que tuvieron lugar en los siguientes 40 años.