Provincia ganadera, albergaba uno de los pocos núcleos organizados del carlismo leonés, en Sanabria y Benavente.
La vida política estaba dominada por el caciquismo más o menos liberal.
Los jefes del Frente Popular se reunieron en el gobierno civil, cuyo titular, Tomás Martín Hernández, llevaba poco tiempo en el cargo.
Grupos de jóvenes vigilaban las calles y el cuartel Viriato (Infantería).
A las dos de la tarde una compañía mandada por el capitán Cirac salió del cuartel de Viriato para controlar la ciudad y ocupar el gobierno civil, al ayuntamiento y la Casa del Pueblo.
La Casa del Pueblo también estaba vacía, con los muebles en desorden y los archivos revueltos.
Por medio de un intermediario, Cirac ordenó al gobernador que abandonara la ciudad, lo cual este hizo sin demora, refugiándose en Portugal .
El teniente coronel Hernández Comes se hizo cargo del gobierno civil y asumió todos los poderes.
Más tarde se comunicó que el tren llegaría sobre las doce de la noche a Benavente.
El foco más importante de resistencia se encontraba en Requejo (Sanabria), gestionada especialmente por las organizaciones anarquistas -hegemónicas en la comarca-, donde se habían concentrado los dos mil obreros que trabajaban en el tendido del ferrocarril Zamora-Orense.
Defendiéndose con algunas armas y mucha dinamita, el ejército mandó contra ellos dos compañías del regimiento Toledo, que en una semana acabaron con la resistencia.
También los militares golpistas bombardearon con aviación a los carrilanos cerca de Lubián.