Frente Popular (España)

El Frente Popular no se presentó en Cataluña, donde una coalición equivalente llamada Front d'Esquerres, formada en torno a Esquerra Republicana de Catalunya, tomó su lugar.

En la carta también le manifestaba su oposición a la inclusión del PCE en la posible coalición de izquierdas: «¿A dónde podemos ir nosotros, ni ustedes, con los comunistas?

Los mensajes electorales reflejaban el enfrentamiento entre dos sistemas de creencias, dos universos culturales opuestos, que sólo entendían al otro como una amenaza para la pervivencia del propio».

La visión catastrofista elaborada por la dictadura franquista predominó durante décadas —y todavía aún hoy pervive entre ciertos sectores, como los autores encuadrados dentro del «revisionismo histórico en España»—.

«La guerra civil no tuvo su desencadenante en los muertos del Frente Popular, sino en el fracaso parcial de un golpe militar que se estaba preparando seriamente desde marzo».

Nada hacía inevitable, a pesar de todo, ese desenlace, pero una vez que el país se adentró por esa senda ya no hubo marcha atrás».

Los autores fueron casi con toda seguridad anarquistas en venganza por la persecución a que los había sometido cuando ocupó la jefatura de la policía en Cataluña.

Así que casi ningún propietario podía sentirse libre del riesgo de expropiación; ni siquiera los más pequeños cultivadores directos».

[324]​ En varias poblaciones de Andalucía se reclamaron los edificios religiosos para otros usos alegando que eran patrimonio del Estado o pertenecían al pueblo (en Fernán Núñez las organizaciones obreras pidieron la ermita de Ángel Espejo para local social, «por ser dichas habitaciones del pueblo y estando en la actualidad ocupadas por quienes menos derecho tienen»).

«De esta forma, el gobierno quedó desasistido por sus aliados naturales y hostigado desde la derecha por una envalentonada oposición monárquica que arrastraba ya con fuerza a los católicos y desde la izquierda por un sector del PSOE que, si había renunciado a la revolución, esperaba con impaciencia la hora de sustituir al gobierno republicano por uno exclusivamente socialista».

[369]​ José Manuel Macarro Vera concede una especial relevancia a la radicalización socialista y a la división del PSOE provocada por ella, pues «mientras los republicanos y los centristas del PSOE [encabezados por Prieto] se habían buscado para recuperar la República, la izquierda socialista se desentendió de un régimen al que siempre vio como una estación de paso.

Además elogiaron en repetidas ocasiones a Largo Caballero, «un hombre que ha puesto toda su inteligencia y todo su entusiasmo al servicio del Frente Único en nuestro país, para que, cuando llegue el momento, pueda triunfar» (como dijo el secretario general del PCE José Díaz durante la campaña electoral).

Araquistain confiaba en que «España puede ser muy bien el segundo país [después de Rusia] donde triunfe y se consolide la revolución proletaria».

[412]​ Por esas mismas fechas el nuevo gobernador civil de Sevilla se encontró con que fueron a darle la bienvenida por separado dos delegaciones del PSOE, una caballerista y otra centrista.

Los caballeristas impugnaron los resultados y además insistieron en adelantar a finales de julio el Congreso extraordinario del partido previsto para octubre, propuesta que fue rechazada por la Comisión Ejecutiva controlada por los centristas.

El 10 de junio los cenetistas asesinaron al concejal comunista Andrés Rodríguez, que los días anteriores se había paseado por el puerto pistola en mano, acompañado de otros miembros del PCE, prohibiendo que quien no fuera comunista (o socialista) pudiera vender pescado y tirándole al mar su mercancía.

Cuando acabó la guerra civil los franquistas lo juzgaron y lo condenaron a muerte, pena que fue conmutada por la de cadena perpetua (moriría en la cárcel en 1943).

[479]​[480]​ En Cuenca, según Luis Romero, se produjo un «episodio, que electoralmente puede calificarse de vergonzoso en el cual Prieto desempeñó un papel preponderante; las tomó a su cargo.

[535]​ Este autor se pregunta: «¿Suponía Azaña que desde la presidencia podría influir con mayores probabilidades de éxito para conseguir la pacificación del país?

Según su cuñado Cipriano Rivas Cherif, el propio Azaña tampoco estaba seguro de haber acertado con la elección, pero no encontró otra opción.

[601]​ Lo mismo le pedían las organizaciones empresariales al gobierno: que tomara medidas para estabilizar la economía y llegar a algún tipo de acuerdo general con los sindicatos.

[613]​ Lo mismo sucedió en Andalucía donde a mediados de junio la siega no había comenzado en muchos lugares porque los sindicatos locales continuaban con las huelgas.

Las organizaciones sindicales no buscaban defender los intereses obreros en el marco de las estructuras políticas y económicas existentes sino que pretendían cambiarlas».

Las sangrientas represiones contra esas manifestaciones campesinas fueron raras, si se compara con lo abundantes que habían sido durante el primer bienio, y la matanza de Yeste del 29 de mayo no produjo ninguna movilización social, ningún clamor contra esa institución y ni siquiera revitalizó el culto a los mártires tan frecuentes en anteriores ocasiones».

Por esas mismas fechas el diputado comunista Antonio Mije en un mitin en Badajoz había hablado en tonos amenazantes del papel revolucionario de las milicias:[653]​[654]​

Por su parte, los autores materiales del atentado contra Jiménez de Asúa y su escolta lograron huir a Francia en una avioneta pilotada por el aviador militar Juan Antonio Ansaldo.

Gil Robles era, para ella, el potencial dictador fascista-clerical que en 1934 había empujado a la sublevación de Asturias e inspirado la despiadada represión».

Le dejo la responsabilidad de esa afirmación ante España y ante el extranjero, pues en todas partes, desgraciadamente, son conocidos los hechos que aquí ocurren».

La prensa conservadora europea, singularmente la británica, también los utilizó como argumento para reforzar la imagen catastrofista que estaba dando de la República Española.

Las que menos, además de los dos archipiélagos donde solo hubo una víctima mortal, Navarra (6), País Vasco (9), Aragón (10), Extremadura (12), León (13) y Valencia (14).

Manuel Azaña , líder indiscutible de la coalición de izquierdas que acabaría ganando las elecciones de febrero de 1936 . El término Frente Popular no figuró en el programa de la coalición firmado el 15 de enero de 1936 y nunca fue del agrado de Manuel Azaña, que se resistió a utilizarlo durante la campaña electoral.
Indalecio Prieto , líder del sector centrista del PSOE . Fue el principal impulsor del acuerdo de los socialistas con los republicanos de izquierda, logrando vencer la resistencia de Francisco Largo Caballero , máximo dirigente de la «izquierda socialista».
Portada del diario La Voz del lunes 17 de febrero que anuncia la victoria del Frente Popular por mayoría absoluta. Aparecen las fotografías de los candidatos que han resultado elegidos en la lista de Madrid (de izquierda a derecha): Julián Besteiro , Manuel Azaña , Julio Álvarez del Vayo , Luis Araquistain , Francisco Largo Caballero y Luis Jiménez de Asúa . El diario destaca también en la primera página que el antiguo presidente del Gobierno Alejandro Lerroux no ha resultado elegido. Asimismo anuncia que el gobierno de Manuel Portela Valladares ha declarado el estado de alarma en toda España.
Mapa del resultado de las elecciones de febrero de 1936 por provincias: en las que ganó la izquierda marcadas en rojo, en las que ganó la derecha en azul y en las que ganó el centro en verde.
Gobierno de Manuel Portela Valladares (en la cabecera de la mesa). A la izquierda vestido de uniforme el ministro de la Guerra , el general Nicolás Molero . Tanto Portela Valladares como el general Molero resistieron las presiones de los jefes militares encabezados por el general Franco y de los líderes de la derecha antirrepublicana José María Gil Robles y José Calvo Sotelo para que declararan el estado de guerra tras conocerse el triunfo del Frente Popular en las elecciones .
El general Franco , jefe del Estado Mayor del Ejército desde mayo de 1935. Encabezó el grupo de generales que intentaron que el presidente del gobierno Manuel Portela Valladares declarara el estado de guerra para impedir el acceso al poder del Frente Popular. El nuevo gobierno presidido por Manuel Azaña destinó al general Franco a Canarias, donde estuvo informado de la conspiración dirigida por el general Mola a la que no se sumaría hasta el último momento (tras conocer el asesinato de Calvo Sotelo ).
Gobierno constituido el 19 de febrero bajo la presidencia de Manuel Azaña . De izquierda a derecha: Mariano Ruiz Funes (Agricultura), José Giral (Marina), José Miaja (Ejército) [sería sustituido por Carlos Masquelet poco después], Amós Salvador (Gobernación), Augusto Barcia Trelles (Estado), Manuel Azaña (presidente), Antonio Lara Zárate (Justicia), Santiago Casares Quiroga (Obras Públicas), Marcelino Domingo (Instrucción Pública), Enrique Ramos Ramos (Trabajo) y Manuel Blasco Garzón (Comunicaciones).
Lluís Companys , restituido como presidente de la Generalidad de Cataluña tras la aprobación de la amnistía por la Diputación Permanente de las Cortes el 21 de febrero.
Mariano Ruiz Funes , ministro de Agricultura en los gobiernos del Frente Popular. Legalizó las ocupaciones de fincas impulsadas por la FNTT , aplicó sin restricciones la cláusula de la «utilidad social» introducida en la Ley de Reforma Agraria de España de 1932 y elaboró el proyecto de ley de devolución de los bienes comunales a los municipios.
La localidad de Yeste ( provincia de Albacete ) en la actualidad. Los trágicos sucesos que se produjeron en Yeste el 29 de mayo de 1936 aceleró los debates sobre el proyecto de ley de reversión de los bienes comunales a los municipios.
Familia campesina preparando el cereal para la trilla . Una de las reivindicaciones más extendidas entre los sindicatos agrarios fue la prohibición del uso de maquinaria agrícola mientras hubiera jornaleros sin trabajo.
Procesión de la Virgen de la Macarena en la Semana Santa de Sevilla de 1932. Aunque en muchos lugares las procesiones de Semana Santa fueron prohibidas tras la victoria del Frente Popular en las elecciones de febrero, en la ciudad de Sevilla sí se celebraron porque ni socialistas ni comunistas se opusieron, aunque el cardenal Ilundain tuvo que convencer a las cofradías para que salieran (pues estas temían las agresiones de los grupos anticlericales).
Francisco Barnés Salinas , ministro de Instrucción Pública en el nuevo gobierno de Casares Quiroga. Radicalizó la política educativa al promulgar un decreto el 20 de mayo en el que se ordenaba el cierre inmediato de todos los colegios católicos sin esperar a que hubiera una escuela pública para sustituirlos.
Francisco Largo Caballero líder de la «izquierda socialista». Fue el principal protagonista de la radicalización de los socialistas. Sus partidarios conocidos como caballeristas estaban enfrentados a los centristas de Indalecio Prieto .
Santiago Carrillo , secretario general de las FJS y después de las JSU , en un mitin en Tolosa (Guipúzcoa) en 1936. Carrillo fue uno de los principales defensores de la «bolchevización» del PSOE y pronto cayó en la órbita del PCE , partido al que se acabó afiliando poco después de iniciada la guerra civil española .
Luis Araquistain en 1932. Araquistain fue el principal ideólogo de la radicalización del PSOE por lo que en ocasiones al caballerismo también se le denominó ariquistainismo .
Palmiro Togliatti , dirigente de la Internacional Comunista , elogió la figura de Francisco Largo Caballero a quien alentó a eliminar al «grupo de centro, dirigido por Prieto... cuya victoria significaría el retorno a la política del colaboracionismo de clase».
Bandera de la CNT - FAI . La CNT acabó rechazando la convergencia con la UGT propuesta por Francisco Largo Caballero .
Sede de la Federación Ibérica de Juventudes Libertarias ( FIJL ). Calle de la Paz de Valencia (1936).
Logo de las Juventudes de Acción Popular (JAP). Las JAP fueron adoptando la retórica fascista y aclamaron al líder de la CEDA José María Gil Robles como su "Jefe". Tras las elecciones de febrero de 1936 , muchos afiliados a las JAP pasaron a integrarse en las milicias del partido fascista Falange Española .
Retrato de José Antonio Primo de Rivera con la característica camisa azul falangista . Desde el 16 de marzo estaba en la cárcel (primero en Madrid y luego en Alicante).
Vista de Granada y del Albaicín desde La Alhambra (hacia 1930). La repetición de la elecciones en Granada se realizó bajo un clima de terror impuesto por las izquierdas, lo que se tradujo en el copo por estas de los 13 escaños correspondientes a la provincia.
Casas Colgadas de Cuenca . En la segunda vuelta de las elecciones las izquierdas, como en Granada, impusieron un clima de terror, lo que les proporcionó la victoria (4 escaños) y las derechas obtuvieron los 2 escaños correspondientes a las minorías.
Acto inaugural del obelisco en homenaje a la República de la Plaza de Pi y Margall de Barcelona, encabezado por Lluís Companys , presidente de la Generalitat de Cataluña (12 de abril de 1936).
Palacio de Cristal del Parque del Buen Retiro de Madrid donde Manuel Azaña fue investido como nuevo presidente de la República el 10 de mayo de 1936.
Estandarte presidencial de Manuel Azaña .
Vista de dos céntricas calles de la ciudad de Valencia . El movimiento huelguístico afectó a todos los sectores incluidos los servicios, como el transporte, por lo que tuvo una notable influencia sobre la vida cotidiana de la gente.
Huelguistas ocupando una fábrica metalúrgica en la banlieue de París. El movimiento huelguístico francés influyó en el español, aunque presentó notables diferencias (en España, por ejemplo, no se produjeron ocupaciones de fábricas). La más importante fue que en Francia las huelgas se mantuvieron dentro del marco reivindicativo y no pretendieron cambiar el modelo socio-económico. Los partidos y los sindicatos obreros franceses, a diferencia de los españoles, no pretendían hacer la revolución sino conseguir una notable mejora de las condiciones de vida de los trabajadores aprovechando la victoria en las elecciones del Frente Popular .
Vista de la plaza de Emilio Castelar de Madrid. La capital de España fue el principal centro huelguístico como lo fue París y su banlieue en Francia.
El diputado socialista caballerista Ángel Galarza hizo frente a las acusaciones de las derechas sobre los atropellos que estaban sufriendo los pequeños y medianos propietarios defendiendo los «alojamientos» de los jornaleros. En la sesión de las Cortes del 1 de julio también hizo un llamamiento a la violencia hacia los propietarios si estos no cedían a las demandas de los trabajadores, lo que causó un tumulto en el hemiciclo.
El socialista centrista Fernando de los Ríos también denunció, como Indalecio Prieto , la violencia de sus correligionarios. En un mitin en Granada dijo: «Si perdemos la actual coyuntura por razones de impaciencia lo que venga no será igual a lo de antes, será la España sañuda y cruel que durante siglos hemos presenciado en el poder». [ 400 ]
José Antonio Primo de Rivera durante un mitin de Falange Española de las JONS (antes de 1936). Falange fue el principal protagonista de la violencia de las derechas durante los cinco meses de gobierno del Frente Popular, periodo durante el que experimentó un espectacular crecimiento a pesar de haber sido ilegalizado y de que su líder Primo de Rivera permaneciera en la cárcel durante casi todo ese tiempo.
Bandera de Falange Española de las JONS . Falange Española de las JONS desarrolló una campaña de agitación violenta en la calle. Por esta razón fue ilegalizado y su líder José Antonio Primo de Rivera detenido y encarcelado.
José Calvo Sotelo en un mitin en San Sebastián (1935). Tras producirse la victoria en las elecciones del Frente Popular, hizo continuos llamamientos a la intervención del Ejército para poner fin a la «anarquía» y establecer un Estado corporativo .
José María Gil Robles en un mitin de la CEDA en el Frontón Urumea de San Sebastián en 1935 (en la parte delantera de la mesa aparece el logo de la CEDA ). Encabezó el progresivo acercamiento de la CEDA a las posiciones antidemocráticas de la extrema derecha monárquica.
La diputada comunista Dolores Ibárruri Pasionaria en 1936. Fue muy beligerante con los diputados de las derechas, especialmente con José Calvo Sotelo y con José María Gil Robles . Sobre este último dijo en una de las sesiones de las Cortes que era «un histrión ridículo salpicado con la sangre de la represión».
Santiago Casares Quiroga , presidente del gobierno del Frente Popular desde mayo de 1936. Todavía sigue siendo objeto de debate entre los historiadores si su gobierno fue desbordado por la creciente violencia política y los desórdenes públicos y hasta qué punto fue responsable de la inestabilidad de la República durante los dos meses que estuvo en el poder.
El político republicano conservador Miguel Maura en 1936. Propuso la instauración de una "Dictadura Nacional Republicana" para hacer frente a la amenaza golpista y a la amenaza revolucionaria.
Santiago Casares Quiroga (derecha), presidente del gobierno, junto a Augusto Barcia Trelles (izquierda), ministro de Estado, en los Jardines del Retiro de Madrid. Sigue abierto el debate historiográfico sobre si con este gobierno se produjo la quiebra del estado de derecho en España.
El general Emilio Mola . Tras el fracaso del conato de golpe de Estado del 20 de abril, se hizo cargo de la organización de la conspiración golpista de 1936 , por lo que fue conocido con el nombre en clave de «El Director». Mola fue el que definió el plan político y militar del golpe de Estado de julio de 1936 cuyo fracaso relativo provocó la guerra civil española . Insistió en sus Instrucciones reservadas en que «la acción ha de ser en extremo violenta para reducir lo antes posible al enemigo, que es fuerte y bien organizado», intentando evitar así los errores cometidos durante la fracasada Sanjurjada de cuatro años antes.
Mapas que representan los planes esbozados por el general Mola para dar el golpe de Estado que derribase al gobierno Segunda República .
El líder monárquico José Calvo Sotelo . Su asesinato en la madrugada del 13 de julio de 1936 causó una enorme conmoción, especialmente entre los sectores conservadores y entre los militares. Muchos de estos últimos que permanecían indecisos o indiferentes se sumaron a la sublevación tras conocer las circunstancias de su muerte. Los asesinos eran miembros de las fuerzas de seguridad y de las milicias socialistas y el gobierno del Frente Popular presidido por Santiago Casares Quiroga no actuó con la debida contundencia.
Diego Martínez Barrio , presidente de las Cortes y líder de Unión Republicana . Fue uno de los pocos políticos republicanos de izquierda que al menos en privado valoró la trascendencia del asesinato de Calvo Sotelo . Intentó sin éxito que Manuel Azaña aceptara la dimisión de Santiago Casares Quiroga y nombrara un nuevo gobierno dispuesto a imponer «sanciones duras que evidencien el recobro de todos los resortes del poder».
Gregorio Marañón en 1931, cuando era miembro de la Agrupación al Servicio de la República . Quedó conmocionado por el asesinato de Calvo Sotelo. Le escribió a Marcelino Domingo el día 16: «España está avergonzada e indignada, como no lo ha estado jamás » (cursiva en el original).