Asesinato de Calvo Sotelo

[13]​ Como alternativa al «Estado liberal democrático», que «no puede resolver el problema español», proponía la implantación de un «Estado corporativo y autoritario».

[61]​[61]​[62]​ Su nombre aparecía en una lista, supuestamente confeccionada por la UME, de militares socialistas que debían ser asesinados, siendo Faraudo el objetivo número uno.

[75]​[76]​ En medio de la indignación, muchos clamaban venganza por este y otros asesinatos cometidos por pistoleros derechistas, como había sido el caso del capitán Faraudo.

[94]​ El teniente León Lupión reconoció muchos años después que «Condés, en realidad no debía prestar ese servicio».

Soy un diputado de la Nación y el Gobierno, eso me consta, no cometerá ningún atropello contra mi inmunidad».

El capitán Condés se ha sentado junto al conductor y a su lado José del Rey (aunque este lo negará ante los jueces franquistas).

Una primera gestión ante la DGS la realizan Arturo Salgado y el diputado Andrés Amado, pero no consiguen ser recibidos por Alonso Mallol.

Presidente, a mi amigo no hay que buscarle por las carreteras, sino en los colectores del Manzanares o sitios semejantes, donde desde hace algunas horas será cadáver».

[145]​[146]​ Martínez Barrio redacta entonces una nota para Casares Quiroga que es llevada a Presidencia por el Oficial Mayor del Congreso.

para que tenga a bien comunicarme lo ocurrido y manifestarle al propio tiempo que si la detención ha sido ordenada por autoridad competente y no hubiera sido en caso de in fraganti delito, con arreglo al artículo 56 de la Constitución, debe ser puesto inmediatamente en libertad».

Los concejales comprueban que se trata de Calvo Sotelo y así se lo comunican al alcalde Rico y este a su vez llama Alonso Mallol para decirle «con voz alterada»[149]​ que ha sido hallado «el desaparecido» (no pronuncia el nombre de Calvo Sotelo).

Poco después se presentan en el cementerio multitud de periodistas, entre ellos Santos Alcocer, reportero del diario católico Ya.

[171]​[172]​[nota 8]​ Según Ian Gibson, «su terca negativa a confesar su participación en los hechos o, más correctamente, su presencia mientras estos se consumaban, dificultó considerablemente el rápido esclarecimiento del crimen».

[187]​ Esa noche Luis Cuenca cenó con un otro militante socialista en un restaurante barato cercano a la sede del PSOE en la calle Carranza de Madrid.

[205]​[206]​ Los otros tres socialistas implicados en el asesinato (Francisco Ordóñez, Santiago Garcés Arroyo y Federico Coello, fueron también destinados a puestos relevantes de las fuerzas republicanas.

Fue una misión casi imposible porque, como ha destacado Ian Gibson, «muchos testigos se encontraban ya fuera de Madrid, combatiendo en la Sierra y en otros frentes.

Este último, juzgado y condenado a muerte por el asesinato de Calvo Sotelo, fue ejecutado por garrote vil en 1943.

[135]​ El chófer Bayo Cambronero fue condenado a muerte, pero la pena capital le fue conmutada por treinta años de prisión.

[225]​ Ian Gibson concluye: «al final de la guerra, pues, aquel crimen no había sido investigado a fondo.

Sin embargo, el diario conservador Ya ha conseguido lanzar una edición extraordinaria que ha escapado al control de la censura.

[253]​[242]​ Horas después, madrugada del martes 14, estas organizaciones (la CNT no había sido invitada a la reunión que mantuvieron) hacen pública una nota conjunta, que según Luis Romero «ata un poco las manos de los ministros frente al esclarecimiento de los hechos y condiciona, en alguna media, su actuación frente a los mismos»:[242]​

Cuando llegamos a saber que los autores eran militares y agentes del orden público, nuestra indignación subió de punto.

[159]​ Por su parte el grupo parlamentario de Izquierda Republicana exigió que «cesen para siempre las pugnas extremistas por procedimientos reprobables y punibles».

[263]​[266]​ La Libertad escribió: «No aceptamos la violencia, pero tampoco toleramos que se cometan asesinatos del pueblo, ahogándole en oleadas de tiranía y miseria».

Incluso se ofrecía al Gobierno poderse integrar en esos comités —una especie de «sóviets armados», según Stanley G.

Se producen cargas, carreras e incidentes, pero los manifestantes logran reorganizarse y continuar avanzando por la calle de Alcalá.

[330]​[302]​ Según Ian Gibson, «se trataba, pues, de utilizar la muerte del jefe monárquico para desacreditar aún más a un Gobierno odiado.

[367]​[355]​ Por su parte el diputado de la Lliga Joan Ventosa lanza un ataque «inmisericorde, aunque realista»,[355]​ contra el presidente del Gobierno Casares Quiroga a quien considera la persona menos adecuada «para restablecer la convivencia civil entre los españoles y para poner término a la guerra civil que existe».

[394]​ Pero tras conocer el asesinato de Calvo Sotelo y sus circunstancias, la posición del general Franco dio un giro radical.

[168]​ Los jueces de la Causa General también hicieron un enorme esfuerzo para conseguir testimonios que probaran la implicación del gobierno republicano.

Retrato escultórico de José Calvo Sotelo en el monumento dedicado a él erigido por la dictadura franquista en 1960 en la plaza de Castilla de Madrid.
José Calvo Sotelo en un mitin en San Sebastián (1935). Era el líder indiscutido de la derecha antirrepublicana y el principal promotor civil de la conspiración golpista que desembocó en el golpe de Estado de julio de 1936 .
Ermita del Humilladero de Nuestra Señora de la Soledad en la esquina de las calles Fuencarral y Augusto Figueroa. A sus puertas fue asesinado el teniente Castillo .
Antiguo cuartel de Pontejos situado en la plaza de Pontejos , justo detrás de la Puerta del Sol . El grupo de la Guardia de Asalto de Pontejos, uno de los cuatro grupos que había en Madrid, estaba bajo las órdenes del comandante Ricardo Burillo . Constaba de cuatro compañías. A la 2ª, llamada de Especialidades, pertenecía el teniente Castillo . Su capitán era Antonio Moreno Navarro y el otro teniente de la compañía era Alfonso Barbeta.
Arcos de entrada del cementerio del Este de Madrid. En el depósito de cadáveres del cementerio fue donde sus asesinos abandonaron el cuerpo sin vida de Calvo Sotelo.
Vista aérea del cementerio de la Almudena , donde se encontró el cadáver de Calvo Sotelo el lunes 13 de julio por la mañana y donde tuvo lugar el funeral y el entierro el martes 14 por la tarde.
Fachada principal del Tribunal Supremo . El 25 de julio de 1936, una semana después de iniciada la guerra, un grupo de diez o doce milicianos socialistas irrumpió en el edificio y a punta de fusil se apoderó del sumario del asesinato de Calvo Sotelo.
Santiago Casares Quiroga , presidente del gobierno del Frente Popular desde mayo de 1936. Presentó su dimisión tras conocerse el asesinato de Calvo Sotelo, pero el presidente de la República Manuel Azaña no se la aceptó. Su respuesta al magnicidio no tuvo la contundencia que requería un hecho tan trascendente.
Diego Martínez Barrio , presidente de las Cortes y líder de Unión Republicana . Fue uno de los pocos políticos republicanos de izquierda que al menos en privado valoró la trascendencia del asesinato de José Calvo Sotelo . Intentó sin éxito que Manuel Azaña aceptara la dimisión de Santiago Casares Quiroga y nombrara un nuevo gobierno dispuesto a imponer «sanciones duras que evidencien el recobro de todos los resortes del poder».
Gregorio Marañón en 1931, cuando era miembro de la Agrupación al Servicio de la República . Quedó conmocionado por el asesinato de Calvo Sotelo. Le escribió a Marcelino Domingo el día 16: «España está avergonzada e indignada, como no lo ha estado jamás » (cursiva en el original).
Interior del Palacio de las Cortes , donde tuvo lugar la reunión de la Diputación Permanente .
José María Gil Robles en un mitin de la CEDA en el Frontón Urumea de San Sebastián en 1935 (en la parte delantera de la mesa aparece el logo de la CEDA). Según Gabriele Ranzato , su intervención en la sesión de la Diputación Permanente «fue, por su eficacia y elocuencia, su último gran servicio a la causa de la sublevación ».
Indalecio Prieto , líder del sector centrista del PSOE . Respondió al discurso de Gil Robles recurriendo al argumento de que la violencia de aquel momento era la consecuencia de «las enormes ferocidades cometidas con ocasión de la represión de los sucesos de octubre de 1934 » llevada a cabo por el gobierno radical-cedista .
El general Franco estuvo informado de la conspiración dirigida por el general Mola a la que no se sumaría hasta el último momento (tras conocer el asesinato de Calvo Sotelo).
El general Emilio Mola , organizador y principal promotor de la conspiración golpista de 1936 , por lo que fue conocido con el nombre en clave de «El Director». Mola fue el que definió el plan político y militar del golpe de Estado de julio de 1936 cuyo fracaso relativo provocó la guerra civil española . Intentó evitar los errores cometidos durante la fracasada Sanjurjada de cuatro años antes.
Relieve del Monumento a Calvo Sotelo en que aparecen representados tres cruzados que rinde homenaje al «protomártir» de la Cruzada de Liberación .
Escultura alegórica que representa "El dolor", situada en la parte de atrás del Monumento a Calvo Sotelo .