Pío Moa

Luis Pío Moa Rodríguez (Vigo, 1948) es un escritor y divulgador español sobre la historia de España, principalmente del siglo XX.

Sus libros abordan temas como la Segunda República Española, la Guerra Civil, el franquismo y los movimientos políticos de la época.

[3]​ Moa culpa al Partido Socialista Obrero Español de causar la Guerra Civil, principalmente por su apoyo a la Revolución de 1934, abortada por el general Franco, que se mantuvo leal a la República.

[3]​[5]​ Su obra más conocida, Los orígenes de la guerra civil (1999), ha vendido 150 000 ejemplares y fue número uno en ventas durante seis meses consecutivos.

Últimamente su centro de interés ha pasado a ser la época medieval y más concretamente la Reconquista.

Ha sido bibliotecario del Ateneo de Madrid, a cuya junta directiva perteneció durante tres años.

Colaboró en diversas revistas, periódicos y medios de internet, como la desaparecida Chesterton, Libertad Digital, El Economista o Época.

También participa en medios como Intereconomia Televisión, donde tertulia en programas como El gato al agua y España en la memoria.

Los dos volúmenes a los que se refiere Moa son Los orígenes de la guerra civil española, libro publicado en 1999 por la editorial Encuentro, y El derrumbe de la II República y la Guerra Civil, publicado por la misma editorial dos años después.

A estos dos libros les siguió Los personajes de la República vistos por ellos mismos (2000-2002, 2 vols.)

Los libros posteriores Los mitos de la Guerra Civil, publicado en 2003 por la editorial La Esfera de los Libros, y Franco, un balance histórico, publicado en 2005 por la editorial Planeta, son ensayos basados en parte en el trabajo realizado en la trilogía mencionada.

La campaña electoral ya tuvo visos bélicos, y la derrota produjo en las izquierdas un cierto frenesí.

Aunque no pudo verse claramente hasta un año después, el PSOE y Esquerra estaban ya en pie de guerra, y otros partidos dispuestos a hundir las instituciones» (pág.

La razón de su fracaso fue que en esa fecha «las masas no estaban maduras para una guerra civil» (pág.

«La lección era que había que preparar mejor el próximo intento, corrigiendo errores de táctica, disciplinando a fondo al partido [socialista], ampliando las alianzas y, sobre todo ―aunque esto no se decía― insuflando mayor ardor combativo a las masas» (pág.

Los escrúpulos morales y el respeto a las reglas del juego democrático desaparecieron.

Así pues, Moa hace responsable de la guerra civil a las izquierdas y en última instancia a la propia República porque «al suscitar un intenso sentimiento de esperanza en soluciones drásticas, pero irreales, provocó decepción y envenenó los problemas año tras año, hasta no dejar otra salida que la de las armas» (pág.

Moa afirma que sus posturas se sustentan en el análisis, entre otras fuentes, de los numerosos testimonios dejados por los protagonistas de aquellos hechos (Azaña, Araquistáin, Prieto, Largo Caballero, Madariaga y Gil Robles).

En su blog ratificó estas opiniones,[12]​ desmintiendo además el titular del artículo.

Sin embargo, según Moa todo esto no era inevitable, ya que:

«Moa es un publicista sobre temas más o menos históricos, que es cosa bien distinta» (pág.

Su obra «ha suscitado el rechazo firme y unánime de la comunidad historiográfica nacional e internacional» (pág.

168) porque «ignora» hasta «los más elementales rudimentos» del «método científico propio de todas las ciencias (incluidas naturalmente las sociales)» (pág.

54), «se le nota demasiado su evidente orfandad teórica y metodológica» (pág.

[39]​ El historiador e hispanista Paul Preston, criticando el revisionismo histórico y sus autores, de los que afirma que «repiten los lugares comunes de una literatura franquista que surgió para descalificar la República» y que «alimentan a la gente que se siente incómoda por los esfuerzos de la recuperación de la memoria histórica», señaló sobre Pío Moa: «[No es un] gran historiador a base de nuevas investigaciones» y «durante muchos años luchó contra la democracia con pistola y ahora hace lo mismo pero con la pluma».

Queda en el balance su fracaso tanto en refutar mis tesis como —y eso les habría interesado mucho más— en silenciarlas o desprestigiarlas con malas artes».

En agosto de 2022 un centenar de historiadores franceses publicó una carta abierta que habían dirigido a Le Figaro, manifestando su molestia por la favorable cobertura que había recibido en una entrevista.

Por ejemplo, Kamen se lamentaba en 2007 de que, según su opinión, la represión ejercida por la República no haya sido estudiada, con la única excepción de Pío Moa, el cual habría sido marginado por los historiadores del establishment.

Por último, el historiador texano califica como absurdo el reproche de que Moa no es catedrático y cree que refleja el corporativismo y endogamia que imperan en la Universidad española, pues muchos de los trabajos históricos más interesantes del mercado anglosajón no han sido escritos por profesores universitarios.