La Guerra parto-armenia (87 a 85 a. C.) hace referencia a la campaña que los ejércitos de Tigranes el Grande desplegaron victoriosamente sobre el norte de Mesopotamia (en manos de los partos) y los reinos de Osroene y Atropatene, que prometieron lealtad y apoyo a Tigranes.
[1] Tras la derrota de Artavasdes I, el joven príncipe fue enviado como rehén a Partia, llevando una como vida.
Tigranes fue liberado por Mitrídates II cuando el trono armenio quedó vacante con la muerte de Tigranes I (95 a. C.), a cambio Tigranes tuvo que ceder territorio a Partia: Tigranes debía el trono a Mitrídates II, al mismo tiempo la fuerza militar de Partia impedía cualquier intento armenio de desembarazarse de la influencia parta, por lo que durante esto años se mantuvo en un segundo plano respecto a sus relaciones con el Imperio parto.
Sin embargo cuando Gotarces I murió en el 87 a. C. un posible hijo de Mitrídates II, Mitrídates III, usurpó el trono que correspondía a Orodes I, hijo de Gotarces y Arzayate; Tigranes aprovechó la situación para atacar a Partia.
Estrabón lo narra así: Armenia salió vencedor de esta guerra aprovechando la debilidad de Partia, acuciada por las luchas por la sucesión al trono que sacudía el país vecino desde el año 93 a. C. Los reinos de Osroene y Atropatene prometieron lealtad y apoyo a Tigranes el Grande.