Eso fue menos de dos meses después de que los nazis pusieran en marcha la operación Margarette el 19 de marzo, mediante la cual la Wehrmacht puso a Hungría bajo un gobierno títere.
El gueto carecía prácticamente de instalaciones para los aproximadamente 18.000 judíos de Cluj y sus alrededores que fueron encerrados ahí.
La concentración de judíos fue llevada a cabo por las autoridades administrativa y policial locales con la cooperación de asesores de las SS (Schutzstaffel), incluyendo al Capitán SS (Hauptsurmführer) Dieter Wisliceny.
La administración interna del gueto fue confiada a un Consejo Judío (Judenrat) integrado por Fischer (a la cabeza), el Rabí Akiba Glasner, el Rabino Mozes Weinberger y Ernö Marton.
Como todos los otros guetos en Hungría, la fábrica de ladrillos también tenía un "mint", un edificio especial donde la policía torturaba a los judíos para que revelaran dónde habían escondido sus bienes.