Vemos, pues, que la palabra guion se aplicó al distintivo regio y al que lo llevaba.
En aquellos tiempos en que la armadura y sobre todo la visera calada no permitía a veces distinguir bien al monarca o al general, era indispensable el guion, que ha sido empleado también en tiempos modernos por Mac-Mahon en el asalto a Sebastopol.
Durante el siglo XVIII se dio a los dragones una seña particular, diferente de la bandera y del estandarte, que se denominó guion y portaguiones a los que lo llevaban.
Está regulado en el Real Decreto 979/2015, que modifica el título II del Real Decreto 1511/1977, Reglamento de Banderas y Estandartes, Guiones, Insignias y Distintivos.
Es idéntico al estandarte diferenciándose de este en que incorpora un fleco y un cordoncillo de oro anudado en el mástil.