Gunnar Bentz

[5]​ La policía investigó los hechos y se determinó que los nadadores, causaron destrozos en la gasolinera y los miembros de seguridad intentaron retenerlos hasta que llegase la policía, los nadadores se negaron y uno de los empleados de seguridad apuntó con su pistola.

Finalmente los nadadores pagaron 20 dólares y 100 reales (unos 33 dólares) por los destrozos, subieron al taxi y regresaron a la Villa Olímpica, según relató el jefe de la policía.

[8]​ Tras regresar a Estados Unidos, Gunnar hizo una declaración en la que explicaba la versión de los hechos y se disculpaba públicamente.

Tras eso, volvieron al taxi, pero los guardias de seguridad les obligaron a bajar del coche y que se sentaran en la acera.

Los nadadores Conger y Feigen no hicieron caso y se alejaron del vehículo, provocando que el guardia de seguridad desenfundase su arma.