[1] A comienzos de los 60, se radicó en Buenos Aires, donde colaboró en la Editorial Bruguera, ilustrando historietas unitarias para las revistas Oklahoma y Círculo rojo.
En 1965 se casó con la psicóloga rosarina Anabel Salafía, con quien tuvo su primer hijo: Julián; y en ese mismo año ilustró a Súper volador, un “Superman made in Argentina”, para la Editorial Gente Joven, con guiones de Jorge Claudio Morhain.
[3] Por esa misma época, Trigo se suma a Editorial Atlántida, realizando adaptaciones de películas para Canal TV.
En la historieta, el mundo es atacado por seres extraterrestres con súper tecnología y Sudamérica es entregada por las grandes potencias al invasor.
[5] En ese mismo año ingresa a trabajar en la editorial Récord, dibujando historietas unitarias y las series Memorias del Riachuelo, Zero Galván (continuación de Precinto 56), Jungla de asfalto, Serie Negra y Búster, un policial escrito por Guillermo Saccomano.
En su última etapa, durante los 90, ilustra para Columba, a Saxo (Cine Color Intervalo, 1992), Drakeldorf (El Tony, 1992) y Diego (Dartagnan, 1995), todos firmados como Marcos Adán.
Según el divulgador de historieta, Germán Cáceres, “si la editorial Cielosur no hubiese cerrado por razones económicas la revista Top, y con ello interrumpido la saga de ¡Marc!, y si, además, la policía no hubiera clausurado el diario Noticias y convertido a La guerra de los Antartes en una serie inconclusa, seguro que Gustavo Trigo habría alcanzado la gloria”.