Héctor se lanza con todas sus energías a intentar la unidad política de la izquierda uruguaya.
Recorre el país entero, junto con Arturo Baliñas, Germán D’ Elía, Washington Fernández, Oscar Bruschera y Luis Alberto Viera.
Dirá Líber Seregni: "La ‘admirable alarma’ comenzó ahí y sacudió todo el país, especialmente el Interior (…).
Hubo cuatro o cinco personas que fueron esenciales; una de ellas: Héctor Rodríguez” (El Tejedor, pág.
En 1970 recorrió el país promoviendo la creación del Frente, y en 1971, a los 52 años estuvo en el Palacio Legislativo el 5 de febrero.
Enrique Rubio recuerda que estando Héctor encapuchado en el cuarto piso de Cárcel Central escuchó el himno y se arrancó la capucha porque, dijo, “Un oriental no puede escuchar el himno encapuchado”.
En 1982, a los 64 años, fue liberado; adhirió con fervor pocos días después al voto en blanco en las internas de ese año.
En 1984, a los 65 años, fundó la "Izquierda Democrática Independiente", más conocida como la IDI y se opuso al Pacto del Club Naval.
Su testimonio se integra con el de otros obreros textiles, periodistas, dirigentes políticos y sindicales.