Esta obra es una de los más significativos exponentes del realismo mágico.
[1] Es un ejercicio de virtuosismo literario escrita en un solo párrafo y sin puntos.
A pesar de que la autora no se considera feminista, supone una crítica muy feminista, subversiva y divertida, repleta de humor negro, a la familia, al machismo que impone a los roles familiares el heteropatriarcado y a la presión social de la comunidad y de la Iglesia.
Además, introduce elementos sobre la homosexualidad y la identidad de género.
[2] En esta crítica a la institución familiar, Narcisa, una niña muy fea y con poderes sobrenaturales que nace ya con pañales para no disgustar al padre (que esperaba un hijo), trata de ser aceptada mediante un altruismo extremo en su propia familia compuesta por un padre que se cree todo un Don Juan, una madre que sueña con heroínas de radionovela y su sádico hermano mayor que detesta haber nacido niño.