Comenzó a hacer atletismo siendo una niña, y pronto se especializó en las pruebas de media distancia.
Empezó participando en algunas competiciones de su país, y más tarde a nivel continental.
Un mes más tarde participó en los Juegos Olímpicos de Seúl, su primera gran competición internacional, donde participó en los 800 y los 1.500 metros, aunque no pasó las eliminatorias.
Era la primera mujer africana que ganaba un título mundial de atletismo.
Cuando parecía que su carrera deportiva estaba en declive, dio la sorpresa ganando la medalla de oro en los Campeonatos del Mundo de Gotemburgo 1995, en lo que era su segundo título mundial.