Enfadado, el abuelo decide quedarse con Heidi, pero le grita a Dette que se vaya.
En las montañas, Heidi conoce a un muchacho un poco mayor que ella llamado Pedro.
Heidi llega a la ciudad y conoce a la familia con quien vivirá de ahora en adelante, ella y la hija del señor Sesemann, Clara, se llevan bien desde el momento en que se conocen.
Una vez en Suiza, Heidi se reúne con su abuelo, y ambos están llenos de felicidad.
Poco después reciben la noticia de que Clara y su abuela vendrán a visitarles pronto.
Apoyándose en los hombros de Heidi y Pedro, Clara da sus primeros pasos hasta que sus piernas tienen la suficiente fuerza para sostenerse solas.