Hasta 1930 ejerció en la corte local de Jena y luego fue promovido a juez.
Al llegar a la capital polaca, sus fuerzas fueron agrupadas con las que estaban bajo el mando del General Erich von dem Bach, las que tenían órdenes de Heinrich Himmler de aniquilar la rebelión y arrasar Varsovia.
En uno de sus informes al comandante del 9.º ejército alemán, Reinefarth escribió: "tenemos más prisioneros que munición para matarlos".
Después de recuperar Wola, las tropas alemanas se enfrentaron al Armia Krajowa, el Ejército Territorial polaco, en la Ciudad Vieja.
Se ha estimado que entre 50 y 100 mil civiles polacos murieron a manos de las tropas bajo su mando.
En diciembre de ese mismo año, a Reinefarth se le entregó el mando del XVIII Cuerpo de Ejército SS, que estaba asignado al área central del río Oder.
Derrotado por las fuerzas soviéticas, retiró sus tropas sin permiso previo, por lo que fue condenado a muerte por el Alto Mando Alemán.