Dicha descripción incluía todos sus elementos y detallaba su vascularización.
[8][9][10] En 2010, O’Connell logró representar por primera vez un clítoris estimulado en una imagen en 3D, en la que se mostraban sus más de 15 000 terminaciones nerviosas en la región pélvica.
[11] En 2017, publicó un artículo en The Journal of Sexual Medicine en el que cuestionaba la existencia del punto G ya que desde el punto de vista anatómico no fue posible localizar ningún tejido en la pared vaginal con el que pudiera relacionarse.
[1][12][13] En 2020, O’Connell se encuentra realizando un estudio sobre la anatomía de la uretra en relación con la vagina.
[1] La Asociación Mundial para la Salud Sexual (WAS, por sus siglas en inglés), otorgó la medalla de oro a O’Connell, su más alta condecoración, en 2007 en reconocimiento a sus investigaciones.