Sus rasgos adultos y su físico imponente (medía alrededor de 1.80 metros) le abrían las puertas que su edad cerraba.
Cantando con su guitarra se acertaron a escucharlo unos periodistas que de casualidad habían pasado por el lugar.
Entre ellos estaba Leo Vanés, famoso cronista de espectáculos y chimentos que tenía ciertas conexiones con las casas discográficas.
Los periodistas quedaron encantados con esa voz y se ofrecieron a concertarle una entrevista con un directivo de la compañía RCA.
Misma discográfica donde por entonces grababan sus discos artistas como Palito Ortega, Donald, el dúo Bárbara y Dick o Los Iracundos.