Se documenta en la regla monástica femenina, transcrita en el año 976 para ser observada en el monasterio de las Santas Nunilo y Alodia, cerca de Nájera, que permitía a las monjas que bebieran la tercera parte de una emina, ración marcada por San Benito para los monasterios masculinos.
[4] En el diccionario RAE aparece como primera acepción de esta palabra: Medida antigua para líquidos, equivalente a medio sextario.
Luego esta medida, como volumen para líquidos, sería equivalente, más o menos a 0,27 L. Y a ella debe referirse el párrafo que encabeza este artículo.
La hemina como una unidad de volumen de áridos, usada antiguamente en León (España) y otras provincias (Zamora, Burgos, La Rioja y Valladolid), como hemos visto, principalmente para el trigo.
En zonas rurales aún se sigue usando esta medida para comprar y vender tierras.