El diagnóstico se realiza una vez que han sido descartadas otras entidades asociadas a granulomas hepáticos.
Puede haber granulomas hepáticos asociados a la tuberculosis, sarcoidosis, reacciones medicamentosas, brucelosis, infecciones por hongos, cirrosis biliar primaria, mononucleosis infecciosa, enfermedad de hodgkin, vasculitis, beriliosis, e infecciones parasitarias.
Los granulomas hepáticos forman parte, en tales casos de la enfermedad sistémica y suelen desaparecer cuando se trata esta.
La biopsia hepática revela granulomas bien definidos, no caseificados, distribuidos en todo el parénquima.
Manifestaciones menos frecuentes son artralgias, pérdida de peso, dolor abdominal, náuseas y vómitos.