Schwarz fue cofundador de la Sociedad Filosófica Alemana junto con Bruno Bauch en 1917/18.
En 1939, Adolf Hitler le otorgó la Medalla Goethe de Arte y Ciencia.
La sangre nórdica solo existirá verdaderamente, según Schwarz, en el individuo a quien se le permite experimentarla de manera colectiva, nacional, afirmativa y llena de una infinita felicidad interior (innere Unendlichkeit).
El pueblo, en tanto comunidad de sangre, adquiere el tamaño para ser afirmado en sí mismo: «Ya no el individuo, sino todo el pueblo es un individuo.»[3] En el relativismo y el materialismo, Schwarz vio a un enemigo capaz de la «destrucción de los pueblos» (Zertrümmerung der Völker).
Según Schwarz, la Unión Soviética, el judaísmo y el bolchevismo habían enterrado el alma de los distintos pueblos.