Hernando de Aragón

Aunque llamado en origen a formar parte de las milicias, se enclaustró en el Monasterio cisterciense de Piedra para seguir su vocación religiosa y donde fue ordenado en 1524.

Carlos V lo promovió abad del Monasterio de Veruela en las Cortes de Aragón para, más tarde, nombrarle arzobispo de Zaragoza, siendo además elevado al rango de Visitador General de la Orden del Císter.

Fue un gran mecenas y promotor del arte en el Reino de Aragón durante el siglo XVI, donde destacó su especial preocupación por la Seo de Zaragoza, cuyas capillas de San Bernardo (donde se encuentra enterrado) y de San Benito fueron construidas y decoradas a instancias suyas y pagadas de su propio dinero.

Mandó edificar la Cartuja del Aula Dei.

Tuvo un hijo con María Jiménez Cerdán, de nombre Pedro, Señor de Ballobar, y origen de la familia Quinto-Ballobar.