Por el contrario, en un hidroavión de canoa o hidrocanoa es el propio fuselaje del avión el que le proporciona la flotabilidad.
Todos los hidroflotadores tienden a ser menos estables en el agua que los hidroaviones de canoa.
[2] Sin embargo, en los aviones de pequeño tamaño los flotadores son una ventaja, ya que el casco del avión se mantiene elevado y no hace contacto con la superficie del agua, permitiendo que el avión monte un único motor de pistón, con hélice, en la parte delantera.
Los flotadores inevitablemente imponen más peso y resistencia aerodinámica, haciendo que los hidroaviones que los montan sean más lentos y menos maniobrables durante el vuelo, con un menor régimen de ascenso, en comparación con los aviones equipados con trenes de aterrizaje retráctiles.
[3] Sin embargo, los diseños de doble flotador facilitan las tareas de amarre, embarco y desembarco, y en el caso de los bombarderos dejan la panza del avión libre para portar bombas o torpedos.