Hieracitas

Pretendía que los niños que mueren antes de tener uso de razón no van al cielo porque no han merecido la eterna bienaventuranza por ninguna obra buena.

Debe presumirse que se abstenía del vino, de la carne y de otros manjares no solamente por mortificación, sino por una especie de horror supersticioso, porque San Epifanio le refuta citando a San Pablo, que dice que toda criatura de Dios es buena y es santificada por la palabra divina y la oración.

Varios críticos han discurrido que la aversión ni matrimonio, a las riquezas y a los placeres de la sociedad y la estimación de la virginidad y del celibato con que se distinguieron las primeras sectas del cristianismo, provinieron de la persuasión en que se estaba de que iba a acabarse en breve el mundo.

Otros han supuesto que estas nociones se habían tomado de la filosofía oriental, la pitagórica y la platónica.

Pero aquí no vemos ningún vestigio de estas dos pretendidas causas.