Hilario Rodríguez Malpica

El capitán Rodríguez Malpica, con su decidida oposición a la usurpación de Victoriano Huerta a la presidencia y su heroica acción al mando del cañonero Tampico, es uno de los principales héroes navales mexicanos, aunque poco reconocido.

Con sus escasos quince años finalmente ingresó a la Escuela Naval Militar, siguiendo los pasos de su padre.

En la Escuela Naval Militar fue un alumno indisciplinado, como señala su hoja de conducta y a la vez, un estudiante destacado en el ámbito académico.

Este fue el caso del subteniente Hilario Rodríguez Malpica Sáliva, quien adquirió valiosa experiencia después de realizar algunos desembarcos para luchar contra los opositores a Victoriano Huerta.

La nave viró sin control y tras recuperar el timón se navegó a vela, rumbo al puerto de Topolobampo, capturado unos días atrás por los constitucionalistas.

La navegación era lenta pero la vela le permitió a Rodríguez Malpica, llegar cerca de Topolobampo.

Previniendo un ataque por parte de los constitucionalistas, destino algunos hombres de su confianza para desembarcar, establecer contacto con el general Álvaro Obregón, Jefe del Cuerpo Constitucionalista del Noroeste y explicarle su adhesión a la causa.

En respuesta al hecho, Victoriano Huerta ordenó el envió de los cañoneros Morelos y General Guerrero a Topolobampo para dar caza al rebelde Tampico, que se encontraba anclado en el puerto.

No obstante lo acertado de la maniobra, el buque quedó inmovilizado convirtiéndose en un blanco fácil para la artillería del General Guerrero.

La aeronave tipo Martin Pusher denominada Sonora, dio varias pasadas sobre el cañonero enemigo para soltar sus bombas.

El ataque aéreo aunque técnicamente fallido porque los proyectiles no alcanzaron su blanco, si lograron preocupar al Capitán del General Guerrero quien prudentemente ordenó la retirada de su buque aguas afuera, hasta ponerlo a salvo de la aeronave.

El 16 de junio del mismo año, intentando salir por la barra, el Tampico se enfrentó por segunda y última vez al General Guerrero, quien nuevamente aprovechando su maniobrabilidad y superioridad artillera le ocasionó serios daños.

Algunos diarios publicaron artículos en donde se reconoció su aportación durante la revolución; también se le dedicaron algunas poesías y, ya establecidos los gobiernos emanados de la Revolución, durante el sexenio de Adolfo López Mateos.

Desgraciadamente la leyenda ya no se alcanza a leer por el deterioro causado por la falta de mantenimiento.