En 1338, un documento indica que Henoiar pagaba 16 almudes y medio como diezmo al monasterio de Silos.
[2] La presencia humana en estas zonas se remonta a épocas prehistóricas como lo demuestra el castro excavado durante los años cuarenta del siglo XX en el alto de la Yecla, en cuyo yacimiento se han encontrado vestigios de poblaciones celtas correspondientes a la Edad del Hierro, con una antigüedad aproximada de unos 2500 años.
El topónimo Tabladillo proviene del latín tabula o tabola que significa tierra plantada de árboles y hortalizas.
En lo referente a la educación, se tiene conocimiento de que la primera escuela del pueblo fue construida en 1858, siendo nombrado como primer maestro Julián Alameda Carazo, natural del pueblo, el cual desempeñó su trabajo hasta su fallecimiento en 1869.
Entre la vegetación del espacio natural —que incluye uno de los sabinares mejor conservados de Europa— existen terrenos amplios ocupados por enebros (Juniperus communis), pinos albares (Pinus sylvestris), pinos laricios (Pinus nigra), pinos resineros (Pinus pinaster), quejigos (Quercus faginea), rebollos (Quercus pyrenaica) y sabinas (Juniperus thurifera).
Parte del territorio está ocupado por arbustos y matorrales como la gayuba (Arctostaphylos uva-ursi), la aulaga (Ulex europaeus), la lavanda (Lavandula latifolia) o el tomillo (Thymus vulgaris).
Entre las aves destacan el buitre leonado (Gyps fulvus), el águila real (Aquila chrysaetos), el azor (Accipiter gentilis), el halcón peregrino (Falco peregrinus), el alimoche (Neophron percnopterus), el águila perdicera (Aquila fasciata) y la perdiz pardilla (Perdix perdix).
[9] La explotación ganadera se centra especialmente en la cría y venta de corderos, si bien en un pasado las ovejas, de raza churra, tenían un aprovechamiento más integral, aunque sus rendimientos eran mucho más escasos.
Una serie de puentes y pasarelas colgantes, permiten recorrer este desfiladero; al fondo no llegan casi nunca los rayos del sol.
El desfiladero está incluido en el espacio natural de La Yecla y los Sabinares del Arlanza.
En el día 24 se realiza el «Baile del Santo», una danza al ritmo de la jota castellana.
Finalizados estos, se quema un muñeco de paja vestido con harapos, llamado coloquialmente «Bartolo», que en su interior contiene petardos, cohetes y bengalas.
Su objetivo inicial era la reivindicación ante el Ayuntamiento de los servicios mínimos carentes en el pueblo en aquella época.
Famosa por sus fiestas patronales que se celebran los días 24 y 25 de agosto en honor a su Santo Patrón San Bartolomé.