Se creía que protegían mágicamente al difunto, pues estaban diseñados para "dar calor a la vida", es decir, para darle energía al cuerpo a través de la cabeza, envolverle en calor y alcanzar la luz eterna,[3] haciéndole divino.
[2] La palabra deriva de υποκέφαλος "hipocéfalo" = hipo (en griego: "bajo, debajo de") + céfalo (latinización del griego kephalos: "cabeza"); una traducción literal del egipcio kher tep,[4] que tiene el mismo significado.
[1] Se solían decorar con escenas relativas a la creación diaria del sol e inscribir jeroglíficos alrededor de la circunferencia en discos de cartonaje.
[6] Las palabras tomadas de otros idiomas extranjeros utilizados en esta sección han llevado a algunos egiptólogos a pensar en influencias exteriores, posiblemente semitas o nubias.
[7] En sus últimas manifestaciones, durante el período grecorromano, se incluía el segundo Libro de las Respiraciones que estaba atribuido a Thot, con instrucciones para alcanzar la otra vida después de la muerte.