En primer lugar, se procede a situar un espéculo en la vagina, lo cual permite localizar el cuello.
A continuación, se desinfecta con un antiséptico (betadina vaginal o cloherxidina).
Esta solución puede variar, empleándose suero fisiológico estéril, medio salino o Echovist.
Finalmente, se visualiza por ecografía el paso de dicha solución o gel desde la cavidad uterina hasta las trompas, así como se constata el paso de dicho gel o solución desde las trompas hacia la cavidad abdominal.
[5] En este ámbito, se podrían observar obstrucciones de las trompas que pudiesen provocar infertilidad debida a: En relación con la cavidad uterina, se podría observar, entre otros, la situación y la posición del útero, la presencia de quistes, miomas, tumores o dispositivos extrauterinos extraviados, Esta técnica se considera una alternativa a la histerosalpingografía y presenta ciertas ventajas con respecto a la misma: En este caso, los riesgos son menores si lo comparamos con una histerosalpingografía.