En las cercanías del Lago de Valencia se ha hallado material paleontológico del año 16.000 A.C, correspondiendo estos fósiles a Mastodontes (semejante al elefante), Megatherium (cercano a una pereza) y Glyptodon (parecido al actual armadillo), siendo todos mamíferos de grandes dimensiones.
[4] Aun así, los estudiosos tienden a inclinarse a que los llamados Indios Tacariguas tuvieron su origen como una ramificación de los llamados "Barrancoides Centrales" y "Arauquinoides" entre el año 400 D.C.
[9] Según cuenta leyenda, solía combatir a los recién llegados españoles luciendo un vistoso penacho hecho con plumas de guacamayas, hasta el día que obligó a toda su tribu a arrojar sus armas al lago como gesto de paz y armonía.
Otras tribus que habitaron en las orillas del lago fueron los araguas, meregotos, ajaguas y mucarias, quienes hablaban un idioma emparentado con el de los indios caracas.
De acuerdo al cronista de la ciudad, Don Guillermo Mujica Sevilla, ésta es la descripción del antiguo Cabildo: Esta institución se corresponde en mayor parte con lo que hoy se conoce como Concejo Municipal, y los Cabildantes con los Concejales.
[13] Este contaba con una capilla dedicada a dicho santo, y se encontraba emplazada en toda la manzana, aunque posteriormente sus dimensiones fueron reduciéndose.
No era la primera vez que los corsarios incursionaban en Valencia, pero si una de las más resaltantes.
Inclusive, el nombre del pueblo de Trincheras provino de las trincheras que se colocaban allí para que los piratas no lograran llegar a la ciudad.
[14] Febrero de 1800: Alexander von Humboldt visita la ciudad en su viaje por las Américas.
En los inicios de la rebelión contra España, la élite valenciana demostró un apego a la sociedad tradicional que había conocido por casi trescientos años.
Esta misma posición es tomada por el cabildo de la ciudad como condición importante para ceder en su apego a la monarquía.
Este hecho permite alejar las tensiones elevadas contra Caracas por el resto de las ciudades de la provincia, y dejaba a Valencia sin argumentos válidos contra la antigua capital, aunque seguía teniendo un poder limitado ante la mayoría caraqueña que formaba el congreso.
Para mostrar sus buenas intenciones, Boves invita a un gran baile al cual debían acudir todos los principales de Valencia con sus esposas la noche del 10 de julio.
Ese mismo día, fueron también asesinados todos los pacientes que se encontraban recluidos en el Hospital San Antonio de Padua.
Según el cronista de la ciudad, Don Guillermo Mujica Sevilla, entre las víctimas estuvo Francisco Espejo, quien fue fusilado en la esquina ubicada en la avenida Urdaneta cruce con Libertad.
Además de dicho evento, en ese mes se instaló el primer Concejo Municipal existente en Venezuela, impulsado por el mismísimo Simón Bolívar a tan solo seis días de la liberadora victoria.
El cronista de la ciudad lo relata de la siguiente manera: Este Concejo Municipal celebró dicha sesión solemne en honor al Libertador y sus oficiales triunfadores en Carabobo.
Poco después surge una revuelta de ciudadanos frente al Concejo Municipal de la localidad donde se le hace saber al General Páez que estaban dispuestos a desconocer la autoridad del nuevo comandante general y le instaron que permaneciera en el mando.
Ante tal situación, José Antonio Páez se declara en rebelión y da origen al movimiento apodado como La Cosiata, en donde un alzamiento popular inesperado surgió en Valencia para luego propagarse a otras ciudades del Departamento de Venezuela.
1881: El Cantón de Valencia pasa a ser Distrito Valencia, acogiendo a las parroquias Naguanagua,[23] San Diego,[24] Belén, Güigüe, Los Guayos y Tocuyito.
[25] Esta figura era equivalente a lo que es un municipio hoy día.
1883: Es inaugurado el Ferrocarril Inglés en la ciudad, el cual cubría la ruta Valencia-Puerto Cabello.
1907: Se hallan en la ciudad documentos originales relativos al Acta de la Independencia nacional, desaparecidos desde 1811.
Tal organización político-administrativa sería la última modificación que sufriría Valencia antes de terminar en su condición actual.
Hasta entonces la figura de Valencia como "ciudad" y "municipio" había sido exactamente la misma, pero la descentralización estaba encaminada a que varias de sus parroquias adquirieran independencia político-administrativa y se convirtieran en municipios autónomos).