Historia de la ciencia y la tecnología en Venezuela

Es recién con el siglo XX que comienza una inversión perceptible aunque aún precaria en la creación de tecnología propia.

Los primeros estudios sobre los idiomas originarios de Venezuela y sobre las costumbres indígenas fueron realizados a mediados del siglo XVIII por los misioneros católicos.

En un principio se impartían clases de teología, medicina, filosofía y derecho exclusivamente en el idioma latín.

Durante el siglo XVIII se comienzan a crear academias de ingeniería, aunque estas eran muy reducidas y ante todo para los militares.

Durante una estancia en Europa hizo estudios de química y perfeccionó sus conocimientos médicos.

[2]​ Louis Daniel Beauperthuy (1807-1871) fue un médico y científico nacido en Basse Terre, Guadalupe, radicado en Venezuela, descubridor del agente transmisor de la fiebre amarilla.

Vicente Marcano (1848-1891) fue un destacado ingeniero, químico, geólogo, profesor universitario y divulgador científico.

Su más importante descubrimiento fue la bromelina, enzima proteolítica extraída del jugo de la piña.

[2]​ Carlos del Pozo y Sucre (1743 - 1814) es probablemente el primer inventor destacado que tuvo Venezuela.

Alexander von Humboldt menciona un encuentro con este hombre en 1800: En 1804 participó con el científico ibérico Francisco Javier Balmis en la vacunación contra la viruela en Venezuela.

La explotación petrolera fue la impulsora de la modernidad en Venezuela a principios del siglo XX.

Era el gobierno de Juan Vicente Gómez (1908-1935) y era el momento que Venezuela se empezar a conectar con el sistema capitalista internacional.

Por el lado económico, las empresas extranjeras traían la tecnología petrolera para la exploración y la naciente explotación del mineral negro.

La ciencia y la tecnología venezolana (ciencia y tecnología) se fue asomando desde algunos prominentes médicos que, al principio del siglo XX, se preocuparon por la enfermedades endémica que afectaban al pueblo venezolano, como Rafael Rangel (1877-1909) o José Gregorio Hernández (1864-1919).

La Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales, se crea por decreto en 1917.

Esta política keynesiana, favorecida por el aumento del petróleo, logró que Venezuela llegara el pleno empleo en 1956.

En 1958 comienzan las rebeliones contra el régimen de Pérez Jiménez, durante la cual se acentúa la represión, en especial al movimiento estudiantil.

Entre los sectores que se movilizan contra el gobierno están los intelectuales, médicos, abogados, profesores e ingenieros.

El gobierno de Rafael Caldera (1969-1974) tiene un fuerte impacto sobre la estructura del sistema científico nacional al crear el CONICIT y nuevas universidades e institutos superiores.

[11]​ El peso del estado en la economía se volvió más importante, con fuertes inversiones en petroquímica, siderúrgica y aluminio.

Demostró que la respuesta inmune frente a un antígeno es distinta para cada individuo y es heredada según las leyes de Mendel.

En el primer gobierno de Rafael Caldera aumenta la participación estatal en el negocio petrolero y se nacionaliza el gas.

Uno de los productos más destacados que ha desarrollado el INTEVEP es la Orimulsion para transformar en combustible industrial al petróleo extrapesado.

[10]​ En 1960 se inaugura en el IVIC el reactor nuclear RV-1 (que había sido comprado durante el gobierno de Pérez Jiménez) para fines pacíficos e investigación.

Se realizó una política económica de control cambiario que en un primer momento favoreció a la industria al reducir las importaciones.

Las causas pueden encontrarse en los bajos salarios que se pagaban e universidades e institutos de investigación, la escasa renovación que se produjo en los cargos de investigación y las fallas en captar estudiantes interesados en dedicarse a la ciencia.

[9]​ En 1989 el IVIC crea la empresa Quimbiotec para desarrollar medicamentos derivados del plasma sanguíneo.

La meta del proyecto era que esos fondos volvieran al sistema productivo mediante innovaciones.

En 2005 se crea la Agencia Bolivariana para Actividades Espaciales (ABAE) bajo la órbita del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología e Innovación con el objeto de diseñar, coordinar y ejecutar el plan espacial venezolano.

Siguiendo este objetivo ha puesto en órbita hasta el momento tres satélites artificiales: el Simón Bolívar (VENESAT-1, 2008), el Miranda (VRSS-1, 2012) y el Sucre (VRSS-2, 2017).

Humberto Fernández-Morán , reconocido médico y científico venezolano.