Historia de la paleontología

El naturalista chino Shen Kuo (1031-1095) propondría una teoría del cambio climático basado en evidencia de bambú petrificado.

4]​ Además, la filosofía natural del período animó a que se formularan explicaciones alternativas para el origen de los fósiles.

En el mismo año, Robert Hooke publicó Micrographia (1665), una colección ilustrada de sus observaciones al microscopio.

Considera su origen orgánico y atribuye al efecto de los terremotos la situación geográfica anómala en la que aparecen los restos.

Ellos estaban especialmente preocupados por objetos como los ammonites fósiles, los cuales Hooke afirmaba eran de origen orgánico, sin embargo no se parecían a ninguna especie viva conocida.

7]​ En 1695 Ray le escribió al naturalista galés Edward Lluyd quejándose de tales puntos de vista: José Torrubia (1698-1761) introdujo el método científico en la paleontología, publicando numerosos artículos relacionados.

1]​ También llevó Cuvier a abogar por la teoría geológica del catastrofismo para explicar la sucesión de organismos revelada por el registro fósil.

Blainville ya había acuñado anteriormente el término paléozoologie en 1817 para referirse al trabajo que Cuvier y otros estaban llevando a cabo en la reconstitución de animales extintos a partir de huesos fósiles.

Este término que Blainville concibió para el estudio de los organismos fósiles se popularizó hasta convertirse en los términos utilizados hoy en día en francés (paléontologie), en español («paleontología»), o en inglés (paleontology),[12]​ entre muchas otras lenguas.

Adolphe Brongniart concluyó que la historia de las plantas más o menos se podía dividir en cuatro partes.

En 1808, Cuvier identificó un fósil encontrado en Maastricht como un reptil marino gigante que más tarde sería nombrado Mosasaurus.

También identificó a partir de un dibujo otro fósil encontrado en Baviera como un reptil volador que denominó llamó Pterodactylus.

10]​ En 1824, Buckland descubrió y describió una mandíbula inferior de los depósitos del Jurásico en Stonesfield.

Dividió esta época basándose en los estratos de suelo en el que los distintos tipos de reptiles aparecieron por primera vez, es decir, en tres intervalos que se anticiparon a los períodos modernos del Triásico, Jurásico y Cretácico.

[13]​ En 1832, Mantell descubriría en Tilgate un esqueleto parcial de un reptil acorazado al que denominó Hylaeosaurus.

En 1841 el anatomista Inglés Richard Owen crearía un nuevo orden de reptiles, al que nobró Dinosauria, para Megalosaurus, Iguanodon y Hylaeosaurus.[McG.

3]​ La evidencia de que grandes reptiles habían habitado la Tierra en el pasado causó revuelo y entusiasmo en la comunidad científica,[McG.

Este descubrimiento, conocido como el mamífero de Stonesfield, fue una anomalía profundamente discutida.

En Gran Bretaña, el catastrofismo tenía un matiz religioso ausente en otros países.[Rud.

15]​ Los hallazgos fósiles y la creciente evidencia de que la vida había cambiado con el tiempo, alimentó las especulaciones sobre este tema durante las siguientes décadas.[McG.

11]​ Estas ideas evolutivas tempranas fueron ampliamente discutidas en los círculos científicos, pero no fueron aceptados como consenso general.[Lar.

2]​ Hugh Miller haría un argumento similar, señalando que los peces fosilizados descubiertos en la formación de Old Red Sandstone eran tan complejos como cualquier pez actual, y no representaban a las formas primitivas propuestas en Vestigios.[Rud.

16]​ Aunque estas teorías evolutivas tempranas no eran aceptadas como consenso científico, los debates sobre ellas ayudarían a abrir el camino para la aceptación de la teoría de Darwin sobre la evolución por selección natural algunos años más tarde.[Lar.

Durante el viaje del Beagle alrededor de América del Sur, Darwin quedó impresionado por los fósiles de armadillos gigantes, de perezosos gigantes, y lo que en el momento creía eran llamas gigantes que parecían estar emparentadas con las especies que aun vivían en el continente en tiempos modernos.[Bow.

Al final del siglo XIX y principio del XX, con el inicio y desarrollo de la genética se produjo la mayor desarmonía; mientras la paleontología se centraba en los estudios estratigráficos integrándose en las ciencias geológicas, la biología ignoraba la paleontología considerándola una ciencia puramente descriptiva.

Este interés se disparó después de 1980, cuando Luis y Walter Álvarez propusieron la Hipótesis Álvarez afirmando que un impacto astronómico había causado la extinción masiva del Cretácico Terciario que acabó con los dinosaurios no avianos junto con muchos otros seres vivos.

En 1944, George Gaylord Simpson publicó Tempo and mode in evolution,[19]​ donde utilizaba análisis cuantitativos para demostrar que el registro fósil era coherente con los patrones de ramificación no direccional predichos por los defensores de la evolución impulsada por selección natural y deriva genética; en lugar de las tendencias lineales predichas por los seguidores del neo-lamarckismo y la ortogénesis.

8]​ En 1972, Niles Eldredge y Stephen Jay Gould utilizaron evidencia fósil para defender la teoría del equilibrio puntuado, que sostiene que la evolución se caracteriza por largos períodos de relativa estasis y períodos mucho más cortos de cambios relativamente rápidos.

Un avance clave ocurriría cuando Martin Glaessner mostrara que los fósiles de animales blandos descubiertos por Reginald Sprigg en las colinas de Ediacara en Australia eran de hecho precámbricos y no del Cámbrico temprano como Sprigg originalmente creía, haciendo a la biota del período Ediacárico los animales más antiguos conocidos.

[22]​ Actualmente la paleontología se nutre de nuevas técnicas (microscopía electrónica, rayos X, espectrometría, informática) aportando nuevos e interesantes datos en diversos aspectos paleobiológicos (paleoecología, tafonomía, paleohistología, paleobioquímica...) Los estudios de protistas, polen y esporas fósiles, ampliamente desarrollados a partir de la segunda mitad del siglo XX, han supuesto un importantísimo complemento a los estudios paleontológicos clásicos, con aportaciones en el campo del origen de la vida, evolución, tafonomía y paleontología aplicada entre otros.

Duria Antiquior - Un Dorset más antiguo es una acuarela pintada por el geólogo Henry De la Beche en 1830, basándose en fósiles descubiertos por Mary Anning . A finales del siglo xviii y a inicios del siglo xix ocurrieron cambios rápidos y dramáticos en el pensamiento acerca la historia de la vida en la Tierra.
Dientes fósiles en De rerum fossilium de Gesner (1565-1566).
Johann Jakob Scheuchzer trató de explicar el origen de los fósiles recurriendo a las inundaciones bíblicas en su obra Herbarium of the Deluge (1709)
Esta ilustración del trabajo de Steno en 1667 muestra una cabeza de tiburón y un diente fósil para comparación.
Se añadió una ilustración comparativa de mandíbulas en 1799 después de que se publicara la presentación de Cuvier en 1796 sobre los elefantes vivientes y fosilizados
Esta ilustración pertenece a la obra de William Smith Identificación de estratos mediante fósiles organizados (1815).
Primera mención del término palæontologie , tal y como fue publicado en enero de 1822 por Henri Marie Ducrotay de Blainville en su Journal de physique .
Busto de Cuvier y réplica del fósil de Palaeotherium que describió en 1804.
Esta ilustración comparativa de dientes fosilizados de Iguanodon con dientes de una iguana moderna pertenece al artículo de Mantell que describe al género Iguanodon (1825)
Esta ilustración de la mandíbula inferior de un mamífero en Stonesfield pertenece al libro de Gideon Martell Maravillas de la geología (1848)
Este diagrama de una escala de tiempo geológico en un libro de Richard Owen de 1861 presenta la aparición de los filos animales más importantes
Esta fotografía del segundo esqueleto de Archaeopteryx descubierto fue tomada en 1881 en el Museo Humboldt de Berlín
Este diagrama de O.C. Marsh sobre la evolución paulatina de las patas y dientes de los caballos fue reproducido en el libro de T.H. Huxley El profesor Huxley en América (1876)
La imagen muestra los fósiles del niño de Taung, descubierto en Sudáfrica en 1924
La fotografía muestra un fósil completo de Anomalocaris del esquisto de Burgess
La imagen muestra un fósil de Spriggina del periodo Ediacárico .
Nuevas tecnologías: imagen obtenida mediante tomografía axial computarizada del contenido fósil del relleno sedimentario litificado de una madriguera del Triásico.