Historia del Buen Retiro

A finales del siglo XV, siendo rey Enrique IV de Trastamara, era habitual que en su peregrinaje por las diversas ciudades del reino, éstas se disputaran los favores de la capitalidad.

[2]​[3]​ Durante su reinado, Enrique IV ofreció diversos regalos y privilegios a la orden Jerónima.

Esta situación hizo que elevaran una petición a los Reyes Católicos para el traslado.

Se hicieron entonces unos aposentos para que los Reyes descansasen tras asistir a las celebraciones religiosas.

Felipe II encargó a Juan Bautista de Toledo la remodelación del "Cuarto Viexo e San Jerónimo" añadiendo diversas estancias.

Felipe II también financió diversas obras de embellecimiento en el monasterio.

Ese mismo año, el Conde-Duque es nombrado alcaide del Cuarto Real.

Crescenzi, a pesar de ser un valido del Conde-Duque, recibe varias presiones para su pronta finalización; pero su muerte en 1635 hace que sea sustituido por Alonso Carbonell como maestro de obras.

Por esa fecha se había acabado el cuerpo principal del edificio.

El Real Sitio ocupaba en esta época una superficie aproximada de ciento diez hectáreas.

Los alrededores del Palacio, en forma de parques, ocupaban una extensión tres veces superior al edificio y en ella se distinguían diversas zonas.

Al sur del Palacio se encontraban los olivares y huertas del santuario de Atocha, con una pequeña elevación en la que se encontraba la ermita de San Blas.

Esta zona se encontraba atravesada por el Río Grande construido en 1638 que consistía en una vía acuática capaz de ser navegada por barcas de recreo procedentes del Estanque Grande.

Era frecuente representar naumaquias o simulacros de batallas marítimas en dicho estanque.

Con este motivo en 1626 se incorporan Cosme Lotti y su ayudante Pietro Gandolfi como encargados de los jardines, hasta que en 1643 muere el primero y le sustituye Baccio del Bianco.

Esta renovación hizo que aumentara la densidad vegetal en los jardines, existiendo árboles frutales, pequeños bosques, etc.

Las fiestas celebradas en sus recintos eran ajenas al pueblo, y en algunas ocasiones fueron objeto de escarnio público en los denominados mentideros.

Las dependencias del Palacio se encomendaron al arquitecto francés René Carlier, cuyas mejoras no se pudieron realizar de forma completa por lo costoso de las propuestas.

Esta nueva reina sentía un manifiesto desagrado por el Buen Retiro y ejerció su influencia para detener las obras de restauración y desviar los esfuerzos hacia La Granja de San Ildefonso.

Este incidente hizo que se volviese a retomar la idea de renovar los jardines y el Palacio.

Las renovaciones estuvieron a cargo del arquitecto Santiago Bonavía, y durante su ejecución se remodelaron completamente diversas estancias.

De entonces databa la meridiana solar, trazada por Juan Wendlingen, desaparecida posteriormente.

En uno de los jardines del Buen Retiro se proclamó rey a su sucesor, Fernando VI.

Como Fernando VI no dejó descendencia, la sucesión del trono recayó en su hermanastro Carlos, que vivía en Nápoles.

Por orden del Rey, se restaura la ermita de San Juan para dar acomodo a la guardia Suiza y española.

El diseño fue encargado a Francisco Sabatini que comenzó la construcción en 1768.

El templo se convirtió posteriormente en parroquia, y tuvo que ser casi enteramente reconstruido bajo Isabel II, tomando en ello especial interés el rey consorte Francisco, siendo los arquitectos encargados de ello Narciso Pascual y Colomer y Enrique María Repullés.

Los daños se concentraron en los jardines y el Casón del Buen Retiro, que quedaron destrozados y hubieron de ser restaurados en profundidad cuando apenas se habían recuperado de los desastres anteriores.

El complejo del Palacio del Buen Retiro y sus jardines. Fragmento del plano de Madrid de Pedro Teixeira (1656).
El Palacio del Buen Retiro en 1636–1637; dibujo del siglo XVII .
El Casón del Buen Retiro.
La Puerta de Felipe IV es una de las más antiguas del Retiro (1690), aunque su situación actual no es la originaria.
Escudo de Felipe V en la fachada del Salón de Reinos del Retiro.
Perspectiva del Retiro y del Palacio desde el Jardín de la Reina (la estatua ecuestre es la de Felipe IV).
Centro floral de porcelana elaborado en la Real Fábrica de Porcelanas del Retiro .
Vista aérea de Madrid mostrando el " Real Pósito de Madrid ", [ 15 ] ​ el Palacio del Retiro y la Puerta de Alcalá en 1854, realizado por Alfred Guesdon .