La segunda parte es la diferenciación del chiismo como una rama separada de la comunidad islámica en oposición al califa suní.
En Yemen los Imanes (normalmente zaidíes) de varias dinastías establecieron una estructura política que sobrevivió desde 897 hasta 1962.
Mientras Alí ibn Abi Talib y el resto de su familia estaban lavando el cuerpo para su entierro, los líderes tribales de Meca y Medina celebraron una reunión secreta en Saqifa[1] para decidir quién debería suceder a Mahoma como líder del Estado Islámico, sin tener en cuenta que el profeta Mahoma había nombrado a Alí como su sucesor en Ghadir al-Khumm.
Umar ibn al-Khattab, un compañero de Mahoma, llamado Abu Bakr fue aceptado como primer califa tras un rechazo inicial.
Según los registros suníes, Mahoma murió sin indicar sucesor alguno y debido a la necesidad de liderazgo, se reunieron para votar al primer califa.
Los registros chiíes difieren indicando que Mahoma nombró Alí sucesor en numerosas ocasiones, incluyendo en su lecho de muerte.