Historia natural del cáncer de mama

Se invocan las mutaciones genéticas espontáneas o inducidas por diferentes agentes así como el fallo en los mecanismo reparadores del DNA dañado y el fracaso del sistema inmunocompetente en reconocer y eliminar las células cancerosas.

En otras ocasiones el cáncer infiltra los tejidos vecinos, rompiendo la membrana basal y se comporta como invasivo muy precozmente, cuando todavía es microscópico y no es posible identificarlo por ningún procedimiento diagnóstico (excepto por biopsia).

Estos tumores han llegado a fijar la mama a la pared torácica, invadiendo la fascia subyacente (que corresponde al músculo pectoral) o la piel que cubre la mama.

Cuando un tumor mamario crece lo suficiente da signos o síntomas que permiten sospechar su presencia.

A su vez, el tumor puede adquirir un carácter infiltrativo o bien experimentar un crecimiento tumoral.

En las fases últimas puede aparecer una ulceración superficial o una fístula hacia los planos más profundos.

En algunos casos los síntomas se deben a la presencia de metástasis mientras el tumor primitivo es todavía demasiado pequeño para ser identificado.

Aunque es raro en la práctica, una ulceración tumoral puede infectarse y una infección no tratada puede ser causa de muerte.

Una ulceración que afecte a la pared torácica puede acabar afectando a la pleura y al pulmón y ser causa de complicaciones que terminen con la muerte.

La aparición de metástasis a distancia suele señalar el principio del fin.

La corriente es que la causa de la muerte tenga lugar cuando se han producido múltiples metástasis a distancia, principalmente en hígado, pulmones, huesos y cerebro.