Historia precabralina de Brasil

[5]​[4]​ Varios estudios lingüísticos, etnológicos e históricos han ayudado a las investigaciones arqueológicas en la medida de lo posible.

Fue el primero en defender la antigüedad del hombre americano, basándose en sus hallazgos arqueológicos, pero no logró convencer a la comunidad científica de la época.

[4]​ Los sambaquíes, los montículos de conchas y otros restos acumulados por la acción humana, eran unos conocidos vestigios arqueológicos que habían suscitado un considerable debate científico en el siglo XIX.

Hermann Von Ihering, director del Museo Paulista, sin embargo se opuso en principio a esa visión, diciendo que esos restos de conchas habrían sido formados por fenómenos naturales e intertropicales.

Emílio Goeldi (1859 -1917), un médico y naturalista suizo-brasileño, también llevó a cabo en ese momento una investigación importante en el norte.

[14]​ Sin embargo, varios hallazgos realizados en sitios arqueológicos brasileños han puesto en duda la validez de esta teoría.

[15]​ En São Raimundo Nonato, en Piauí, los arqueólogos defienden que un refugio ocupado por el hombre «prehistórico» tendría una edad de 50 000 años.

[1]​ También en ese mismo lugar, los arqueólogos lograron encontrar artefactos humanos que se remontaban a más de 48 000 AP.

Contribuyeron a la definición de esas teorías las similitudes entre los vestígios materiales encontrados en América con los que se encuentran en Oceanía.

Luzia es el nombre que se le ha dado al fósil humano más antiguo encontrado en las Américas.

En el sitio del boqueirão de la Piedra Furada, también se encontraron innumerables pinturas rupestres con pigmentos rojos.

Las figuras más abundantes representan seres humanos, plantas y animales, pero también se encuentran grafismos puramente abstractos.

Esa tradición habría desarrollado herramientas líticas astilladas como lesmas, agujereadores y cuchillos, pero pocas puntas de proyectil.

Las fechas más antiguas en el Sur se asignan a la «tradición Ibicui» (entre 13 000−8500 años), compuesta por artefactos simples, encontrados en la cuenca del Uruguay.

La «tradición Humaitá», más reciente (entre 6500−2000 años) se extiende desde São Paulo a Rio Grande do Sul.

[1]​ Cerámicas del estilo Saldoide, encontradas en el bajo y medio Orinoco, parecen haber sido creadas entre 2800-800 a. C..

Muchos estudiosos han admitido que esa cerámica fue influenciada por los complejos culturales andinos, aunque hoy en día se acepta que los indígenas de la Amazonía habrían desarrollado esa cerámica elaborada en la propia región baja, siendo probablemente influidos los Andes posteriormente.

La disolución de esas organizaciones sociales normalmente se relaciona con la conquista, que habría sacudido su estructura demográfica.

Las características naturales de la selva amazónica (mata densa, etc.) explicaría por qué los antiguos europeos no trabaron conocimiento con esa civilización brasileña.

El sitio Alice Boer está ubicado en Ipeúna, un municipio cercano a Río Claro, en São Paulo.

Sin embargo, los resultados de São Raimundo Nonato siguen siendo controvertidos y no refutan totalmente la teoría Clovis.

Las concepciones de los actuales índios que habitan la región nordeste del país, por ejemplo los cariris, aunque muy modificadas, todavía puede ser un elemento útil para descifrar dichas representaciones con una estrategia conjetural.

Las fuentes mitológicas han sido empleadas para estudiar los movimientos migratorios, las relaciones establecidas entre los pueblos brasileños y, por ejemplo, el Imperio inca, etc. Cuando los europeos llegaron a ocupar la costa oriental de América del Sur, se encontraron etnias vinculadas a cuatro grandes grupos lingüísticos: los arahuacos, los tupí-guaraní, los jês y los caribes.

Muchos artefactos arqueológicos del período cerámico son afiliados a esos antiguos pueblos de matriz lingüística tupí-guaraní.

Los sitios arqueológicos asociados a esas poblaciones se constituían en aldeas extensas, normalmente localizadas en regiones de meseta o en terrazas.

Algunos grupos deben haberse separado de estos últimos y seguir hasta la región amazónica desde hace al menos mil años.

Otros grupos lingüísticos menores, sin parentescos con los más grandes, existen en Brasil: mura, chapcura, pano, yanomami, etc.

[64]​ La influencia tupi se produjo en la comida, el idioma, los procesos agrícolas, la caza y la pesca, en las supersticiones, costumbres, folclore, etc.

Se hicieron célebres en la historia de Brasil por haber devorado al obispo Sardinha Los tremembés habitaban la orilla occidental del río Acaraú.

Los hombres creían en los buenos y en los malos espíritus (tupã, anhang, etc.), que influían en los acontecimientos en el cosmos.

Sierra de la Boa Vista, donde recientemente se encontraron vestígios arqueológicos
Pintura rupestre de los indígenas precabralinos en la cachoeira Resplendor, en Pará
Inscripciones paleolíticas en Costão do Santinho , en Florianópolis , Santa Catarina
Reconstrucción computerizada de Luzia , el fósil más antiguo de las Américas
Modelo de sambaquí del Museu de Arqueologia e Etnologia de la Universidad de São Paulo
Algunos expertos, como Eduardo Goes Neves, argumentan que paisajes de la selva amazónica (arriba) habrían sido moldeados por la acción de los pueblos precabralinos. [ 37 ] ​ En la imagen, geoglifos en tierras deforestadas en la selva amazónica de Acre
Vaso cariátide (cerámica tapajónica) producido por antiguas sociedades complejas que vivían en la región de Santarém , en Pará . Museu de Arqueologia e Etnologia da Universidade de São Paulo
Cerámica compleja de la fase marajoara, en la isla de Marajó . En el caso, una urna funeraria.
Pinturas del sitio de Piedra Furada
Grabado de Jean-Baptiste Debret retratando a una familia camacã en el início del periodo colonial
Archivo:Mapa-dos-Povos-Indigenas-na-Epoca-do-Descobrimento.jpg
Mapa de Brasil mostrando los principale pueblos indígenas en la época del descubrimiento
Distribución de los grupos de las lenguas tupi y no tupi (tapuia) en la costa de Pindorama , en el siglo XVI