Historia universal de la infamia

La mayoría de las historias fueron publicadas por separado en el diario Crítica entre 1933 y 1934.

En su prefacio a la edición de 1954, Borges se distanció un poco del libro, que puso como ejemplo de lo barroco, «cuando el arte exhibe y dilapida sus recursos».

En las narraciones hay muchas alteraciones arbitrarias, sobre todo en las fechas y nombres, de modo que no pueden ser denominadas históricas.

Las primeras siete historias son versiones repasadas de biografías reales o legendarias, cuyas fuentes se enumeran en un índice al final del libro.

«Hombre de la esquina rosada» es una historia ficticia, y el libro cierra con un apartado llamado «Etcétera», que incluye otros relatos cortos.