El primer cráneo de Boskop fue descubierto en 1913 por dos granjeros africanos que cavaban una acequia.
La ofrecieron a Frederick William FitzSimons para que la examinara; posteriormente se descubrieron muchos cráneos relacionados por otros paleontólogos destacados de ese tiempo, incluyendo a Robert Broom, Alexander Galloway, William Pycraft, Sidney Haughton, Raymond Dart, entre otros.
Sin embargo, los antropólogos ya no usan el término "hombre de Boskop",[1] y se consideran a sus características supuestamente inusuales como una mala interpretación.
John Hawks señala que "El cráneo es grande, con un volumen endocraneal estimado de 1800 ml.
Las principales preguntas que se plantean tratan sobre la calidad e interpretación de los descubrimientos.